Las dos jóvenes, de la comunidad yazidí, fueron secuestradas y esclavizadas sexualmente por el autodenominado Estado Islámico. Al recoger el galardón, pidieron apoyo internacional para llevar al grupo yihadista ante el Tribunal Penal Internacional por genocidio al pueblo yazidí.
Tras escapar de sus secuestradores, ambas se han convertido en portavoces del sufrimiento de las mujeres que han sido víctimas de la campaña de violencia sexual emprendida por el grupo Estado Islámico.
El premio Sájarov para la Libertad de Conciencia lo otorga cada año el Parlamento Europeo para homenajear a las personas u organizaciones que luchan por la defensa de los derechos humanos y la libertad.
