“Quedarse o salir de Europa?
PUBLICIDAD“Quedarse o salir de Europa? Esa fue la cuestión que David Cameron se comprometió a plantear a los británicos durante su campaña electoral en 2015.
En aquel momento, era más bien una pregunta retórica. Aunque en el Reino Unido siempre ha latido el euroescepticismo en mayor o menor medida, nadie pensaba que el país podía llegar a abandonar el barco. Pero nadie contaba con el ejército de partidarios del brexit, que con las espadas en alto hicieron una campaña activa para abandonar el club comunitario en el que el país entró 44 años antes, en 1972.
Y para liderar la campaña, los pro-“brexit”:http://es.euronews.com/tag/brexit fichan a dos figuras atípicas de la política británica: Nigel Farage, el líder del populista UKIP, y Boris Johnson, exalcalde de Londres, el electrón libre del partido conservador. Durante dos meses, ambos repiten hasta la saciedad su eslógan: “Queremos recuperar nuestro país”, y el mensaje cala.
En ambos campos, los británicos exponen sus argumentos de campaña. Los partidarios de dejar la Unión están convencidos de que serán más poderosos y ricos sin Europa. Los detractores de abandonar el club comunitario, con el apoyo de la mayor parte de los líderes internacionales, esgrimen la amenaza de una catástrofe económica.
Aunque feroz, la campaña no derrapa hasta el asesinato de Jo Cox, que apostaba por la permanencia de la isla en la Unión.
La diputada laborista sucumbe al ataque de un hombre que al grito de “Los británicos primero”, le dispara a bocajarro. La muerte de Cox indigna a la opinión pública.
Durante varios días, la campaña se suspende y los sondeos señalan un repunte de los partidarios de quedarse en la Unión. En ese momento, muchos creen que el drama había inclinado definitivamente la balanza. Ese 23 de julio, pocos vaticinan el escenario de la salida. Por eso, cuando llegan las primeras cifras, nadie da crédito:casi el 55% de los británicos apuestan por salir de la Unión Europea, que tras años de ampliaciones, vive conmocionada su primera salida.
Los partidarios del Brexit celebran la victoria. Nigel Farage, considera que ha cumplido su misión y se retira de la política, mientras que Boris Johnson rechaza el cargo de primer ministro que David Cameron se había comprometido a dejar en caso de derrota.
Aún conmocionado, Cameron llega a la cumbre extraordinaria convocada con ocasión del voto unos días después. En esa cita comienza con los exsocios comunitarios el largo proceso de divorcio que hereda Theresa May, elegida por los conservadores para dirigir el país en julio. May habla de encontrar una salida armoniosa y ordenada.
Aún es muy pronto para evaluar las consecuencias que esta salida tendrá en Europa y en el Reino Unido. Los debates legislativos son cada vez más acalorados y
una parte de la población sigue sin digerir el veredicto de las urnas, sobre todo los jóvenes, que tienen la impresión de que les han robado el futuro.