Anders Breivik, el autor de la matanza de Utoya, vuelve a sentarse en el banquillo, pero esta vez él no es el acusado sino el que acusa al Estado noruego (condenado ya en primera instancia) de trato i
Anders Breivik, el autor de la matanza de Utoya, vuelve a sentarse en el banquillo, pero esta vez él no es el acusado sino el que acusa al Estado noruego (condenado ya en primera instancia) de trato inhumano y degradante por mantenerle en régimen de aislamiento.
Breivik no ha vuelto a repetir el saludo nazi que hizo en la primera audiencia el martes, pero para el fiscal del Estado no hay duda de que sigue siendo un individuo muy peligroso, que incluso desde la cárcel busca cómo crear una red para perpetrar nuevos atentados. Para justificar la necesidad de mantenerle aislado, el fiscal leyó una carta en la que el extremista explica que se servirá de quien sea y de los medios que sean necesarios para lograr su objetivo.
En julio de 2011, Anders Breivik perpetró una terrible matanza que ha marcado la historia reciente de Noruega. Durante una hora se dedicó a acribillar a tiros a los participantes en una campamento de las Juventudes Socialistas en la isla de Utoya. Acabó con la vida de 69 personas. Poco antes había matado a otras ocho personas haciendo estallar una furgoneta bomba ante un complejo gubernamental en Oslo.