Sin la presencia de los principales implicados, la comunidad internacional busca en París volver a sentar a israelíes y palestinos en la mesa de negociaciones.
Sin la presencia de los principales implicados, la comunidad internacional busca en París volver a sentar a israelíes y palestinos en la mesa de negociaciones. El anfitrión de la cumbre, el presidente francés, François Hollande, ha declarado en su apertura que “buscar la paz no es un sueño del pasado”, en alusión a unas palabras peyorativas pronunciadas por el primer ministro israelí.
Hollande tiene claro cúal es el camino: “Sólo las negociaciones directas entre israelíes y palestinos pueden conducir a la paz. Es legítimo, es necesario que la comunidad internacional reflexione seriamente sobre cuál es la mejor manera de apoyar la solución de dos estados. Y digo aquí que esta es la única solución posible para la paz y la seguridad”.
Convocada hace un año, la conferencia está lastrada por la situación sobre el terreno: la violencia sectaria no cesa e Israel prosigue con su política de asentamientos en Cisjordania. Tampoco ayudan las intenciones de Donald Trump de trasladar la embajada de Estados Unidos desde Tel Aviv a Jerusalén.
Mientras en París cientos de personas (la mayoría judíos franceses) protestaban contra la celebración de la cumbre, en Israel casi 250 exmiembros de los cuerpos de seguridad instaban públicamente al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a que el país “se separe cuanto antes de los palestinos”.