¿La ayuda a los migrantes constituye un delito?, el caso del francés Cédric Herrou

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Por Consuelo Maldonado
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Su caso ha despertado una ola de solidaridad en el ambiente asociativo francés.

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Su caso ha despertado una ola de solidaridad en el ambiente asociativo francés. Decenas de manifestaciones están previstas en el país en apoyo a Cédric Herrou. Este agricultor galo ha sido condenado en virtud del “delito de solidaridad” (parcialmente suprimido en 2012) a una multa de 3 000 euros por haber ayudado a decenas de migrantes a cruzar el Valle del Roya, entre Italia y Francia.

Video realizado por Jean Boiron Lajous con Cédric Herrou, antes del veredicto:

Cedric Herrou from jean boiron lajous on Vimeo.

Pese a que casi todas los cargos contra él hayan sido desestimados, el tribunal correccional de Nice ha reconocido su culpabilidad por haber recogido en su coche a migrantes desde la frontera italiana.

La ley francesa reconoce excepciones a la ayuda de estancia irregular a un extranjero, pero no estipula ninguna inmunidad cuando se trata de hacer entrar a un migrante en suelo francés.

Herrou se ha convertido en un símbolo de la oposición al denominado “delito de solidaridad” definido en el artículo L 622-1 del código de entrada y permanencia de extranjeros y derecho de asilo (CESEDA). Ese artículo castiga con hasta 5 años de cárcel y 30 000 euros de multa a “toda persona que facilite, ya sea de manera directa o indirecta, la entrada, circulación o permanecia irregular de un extranjero en Francia.”

Toda la movilización social y jurídica en torno a Herrou se ha topado con la ley votada el 31 de diciembre de 2012 por el gobierno socialista y que sanciona “una iniciativa militante por muy respetable” que sea, según dijo el fiscal de Niza. Jean-Michel Prêtre expuso al periódico La Croix una lectura diferente de los hechos: “Cédric Herrou busca a extranjeros a Vintimille, en Italia, y les ayuda, luego, a cruzar la frontera.” Este acto no hace de Herrou un “traficante de migrantes” puesto que no conlleva contrapartida financiera pero el “dispositivo que puso en marcha facilita el cruce de la frontera”, explicó el fiscal de Niza.

De manera simbólica, los 3 000 euros de multa recuerdan que Herrou no escapa a la ley por haber recogico en su coche a decenas de migrantes para que continúen su periplo.

El abogado especialista en temas de extranjería, Gilles Devers, recuerda que, en Francia, “facilitar o intentar facilitar la entrada de un extranjero es un delito” y que, en el caso de Herrou, los jueces han aplicado, simplemente, la ley. “Los amigos del valle de Roya (el entorno asociativo de Herrou) se equivocan de combate”. “La verdadera cuestión es la modificación de la ley que habrá que exigir a los líderes de la izquierda.”

Una ley indulgente hasta cierto punto con las acciones militantes

La ley estipula ciertas excepciones (L 622-4) modificadas por la ley del 31 de diciembre de 2012 para excluir las acciones humanitarias y desinteresadas como las de Herrou. Sin embargo, según explica el colectivo de magistrados de ayuda a los inmigrantes GISTI, ese artículo no constituye una protección suficientemente eficaz contra eventuales persecuciones penales. En primer lugar, porque las excepciones se aplican solo en caso de “ayuda a la estancia”, excluyendo la “ayuda a la entrada y a la circulación de extranjeros en situación irregular” en Francia.

Herrou se habría beneficiado de la cláusa humanitaria introducida el 31 de diciembre de 2012, según la cual “toda persona física o moral, cuando el hecho reprochado haga frente a un peligro inminente, necesario a la seguridad de la persona, menos en caso de desproporción entre los medios empleados y la gravedad de la amenaza o si existe una contrapartida directa o indirecta.”

En base a esta excepción, el Tribunal ha abandonado todos los cargos por la ayuda prestada a los migrantes en su granja bio de Breil-sur-Roya y ha desestimado la demanda de compañía ferroviaria pública (SNCF) por haber utilizado una antigua colonia de vacaciones para albergar a uns sesenta eritreos en octobre de 2016.

La batalla legal no ha terminado

Sin embargo, legalmente en Francia es posible prestar asistencia con su vehículo a extranjeros que erren peligrosamente por la carretera, se trata, incluso, de un deber si se trata de menores que deben ser protegidos por el Estado.

El pasado 8 de febrero, Herrou aseguró en una entrevista al periódico Nice-Matin que “lucharán hasta el final” sobre el plano legal. El equipo jurídico y asociativo implicado en su caso está elaborando varias demandas contra el Departamento y la Prefectura de Alpes Marítimos por “poner en peligro a menores”. El colectivo está identificando a todos los menores que han sido reconducidos a la frontera italiana de manera ilegal por las autoridades francesas.

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