Tercer cambio de Gobierno en menos de dos años. La inflación supera el 30% y los precios de los productos no perecederos se han encarecido un 40 %.
PUBLICIDADNueva remodelación gubernamental en Egipto para hacer frente a la grave crisis económica que atraviesa el país.
Es el tercer cambio de gobierno en menos de dos años y el sexto desde el golpe de Estado de 2013. En esta ocasión nueve ministerios cambian de titular y los de Inversión y Cooperación Internacional, se fusionan. Egipto recurrió el año pasado a un voluminoso préstamo del Fondo Monetario Internacional para evitar la bancarrota.
La inflación ha pasado de un 13% en septiembre de 2016 al 30% en enero y desde octubre del año pasado, la libra egipcia ha perdido la mitad de su valor con respecto al dolar. El retroceso en el sector turístico y la caída de las inversiones extranjeras, complican la tarea del nuevo gabinete.
La política de austeridad del Gobierno se traduce en nuevos impuestos, un aumento del IVA y tensiones sociales. No en vano el 40% de la población vive con menos de dos euros al día.
En tan sólo unos meses, los precios de productos de primera necesidad, importados, como la harina de trigo, el arroz el azucar y el café se han encarecido hasta un 80%. Y los productos alimenticios no perecederos cuestan de media un 40% más.
Más de la mitad del trigo que se consume en Egipto se importa.
En este contexto, la producción y el consumo de productos locales se está desarrollando. Pero no se espera que la nueva remodelación gubernamental aporte cambios reales en la línea política. Emad Maher, directivo de la cadena de tiendas Samy Salama no esconde su escepticismo: “No hay cliente que entre y no se queje. Los artículos que antes constaban una libra ahora valen cinco y los que costaban cinco, ahora se venden a diez. Algunos precios son exagerados y no sé por qué. ¿Por qué el Gobierno esta permitiendo que esto ocurra? ¿Qué razones tienen? No lo sabemos”
El Mariscal Al Sisi llegó al gobierno con sueños de grandeza, que han quedado enterrados. Su nuevo gabinete tiene la misma misión que los anteriores: continuar con las reformas económicas y sociales adoptadas por El Cairo, al menos hasta 2018, año de las presidenciales.
En un país en donde hay pocos sectores que generen crecimiento, la reconversión pasa por convencer a la población de apretarse aún más el cinturón con el consiguiente riesgo de implosión social.
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