Esposado, atado y estrechamente escoltado.
Esposado, atado y estrechamente escoltado. Tras pasar la noche en un centro de detención, el heredero de Samsung, Lee Jae-yong, llegaba de esta forma a la Fiscalía de Seúl para ser interrogado de nuevo por su supuesta implicación en un escándalo de corrupción, conocido como el caso de la Rasputina surcoreana, que provocó la destitución de la presidenta Park Geun-hye en diciembre.
La Fiscalía acusa a Jae-yong, de 48 años, de sobornar a Choi Soon-sil, una amiga cercana de la mandataria, para obtener favores del gobierno relacionados con la sucesión de líderes en el conglomerado. También ha presentado los cargos de obstrucción a la justicia y el de violar la ley que regula las transferencias de activos al extranjero.
Queda por ver cómo la detención de Jae-Yong afecta a la compañía, cuya actividad supone casi una cuarta parte de la economía surcoreana.
Su arresto es un golpe también para la presidenta, que siempre ha rechazado las acusaciones de corrupción.