La situación es crítica.
PUBLICIDADLa situación es crítica. Acechadas por la violencia extremista de Boko Haram, las poblaciones de la cuenca del lago Chad están al límite. La hambruna, la inestabilidad y la violencia llevan años castigando a millones de personas.
Por esta razón, catorce países se han comprometido en Oslo a destinar 636 millones de euros en ayuda humanitaria. Una cantidad que está lejos de ser suficiente.
“Durante décadas la gente de esta región ha luchado contra la pobreza y los duros efectos del cambio climático y demasiadas veces lo ha hecho sola. El terror de Boko Haram ha provocado una crisis de desplazados que ahora se ha convertido en una severa crisis alimentaria”, declaraba el ministro de Exteriores noruego, Børge Brende.
El lago Chad es una zona de 25 000 kilómetros cuadrados que comparten Camerún, Níger, Nigeria y Chad y en la que casi 11 millones de personas están en situación de emergencia humanitaria. Un área sin ley en la que los islamistas de Boko Haram imponen sus reglas.
Todos los indicadores de las Naciones Unidas están en rojo y las cosechas están paralizadas por lo que la ONU teme que la hambruna llegue pronto.