Eurovisión vuelve a ser, un año más, el escenario en el que Rusia y Ucrania airean sus desavenencias.
Eurovisión vuelve a ser, un año más, el escenario en el que Rusia y Ucrania airean sus desavenencias. En esta ocasión, Ucrania se plantea la posibilidad de impedir venir al festival, que tendrá lugar en Kiev, a la representante rusa, Julia Smóylova, una joven que sufre atrofia muscular espinal y está en silla de ruedas.
Por supuesto, la razón de la polémica no tiene que ver con su enfermedad, sino con el hecho de que Julia tomó parte en 2015 en un concierto celebrado en la península ucraniana de Crimea, anexionada por Rusia un año antes. Para Kiev eso significa que la cantante entró ilegalmente en su territorio. Moscú, entretanto, pide que no se politice Eurovisión.
Yulia Samoylova – Flame Is Burning (Rusia – Eurovision 2017) https://t.co/bDhZX2XN4M
— euroPixel (@euroPxl) 13 mars 2017
Ya el año pasado se desató una polémica cuando Ucrania ganó el festival con una canción sobre la deportación de los tártaros de Crimea por parte de la URSS. Como si fuera una descripción de la situación, el tema ruso de esta edición se titula “A Flame is Burning” (“Una llama está ardiendo”).