“Estoy dispuesto a morir por Alá”.
PUBLICIDAD“Estoy dispuesto a morir por Alá”.
Esas son las palabras que, según el fiscal de París François Molins, pronunció el hombre abatido en el aeropuerto parisino de Orly tras intentar robarle el fusil de asalto a una militar.
El agresor, un ciudadano francés de 39 años con antecedentes penales por delitos menores, había disparado en la madrugada a otro agente en un control policial al norte de la capital francesa antes del incidente en el aeródromo.
“Hemos apreciado que estaba decidido a ir hasta el final. Si hacemos caso de lo que le dice a los militares llegamos a la conclusión que su intención era coger el fusil y disparar a la gente para que hubiera muertos. En cualquier caso es lo que se deduce del primer análisis que hemos hecho sobre el comportamiento de este individuo”, decía Molins.
La huida hacia ninguna parte que pudo acabar en tragedia en el aeropuerto finalmente terminó con los tres disparos que le profirieron los soldados y que acabaron con su vida.
“Los dos militares intentaron hacerle entrar en razón, negociar un poco con él. Afortunadamente no duró mucho y oímos dos disparos rápidos. Poco después nos enteramos que habían conseguido neutralizarle”, apuntaba un testigo.
Los investigadores no tienen claro todavía cómo este delincuente común acabó abrazando la retórica islamista. Molins justifica el carácter terrorista de la investigación por tres razones. En primer lugar, la agresión a un miembro de la operación antiterrorista Centinela. El segundo, la sospecha de radicalización del agresor tras su paso por la cárcel en 2011 y el tercer motivo, su declaración antes de atacar a la soldado.