La izquierda y la derecha han llegado codo con codo a las legislativas anticipadas en Bulgaria, las terceras en cuatro años.
PUBLICIDADLa izquierda y la derecha han llegado codo con codo a las legislativas anticipadas en Bulgaria, las terceras en cuatro años. De los veinte partidos en liza se espera que seis logren superar el 4% necesario para entrar en el Parlamento.
Cerca de siete millones de electores están llamados a las urnas para decidir entre renovar su confianza al ex primer ministro conservador Boiko Borisov, o pasar página con los socialistas.
Ninguno lograría la mayoría absoluta por lo que la formación del Gobierno se anuncia difícil. Borisov, que se ha presentado como el garante de una Bulgaria estable, no descarta, incluso, nuevas elecciones tras el verano. El candidato de centroderecha aboga por seguir fiel a sus compromisos con la Unión Europea (UE) y la OTAN y por relaciones “pragmáticas” con Moscú.
Frente a él, la líder socialista, Kornelia Ninova, apuesta por reforzar la cooperación con Rusia y por el leventamiento de las sanciones impuestas por la UE.
Aunque la política internacional ha dominado la campaña, lo que más preocupa a los electores búlgaros es la corrupción y su bajo nivel de vida.
“He votado por el cambio, la seguridad en las fronteras y en nuestros hogares, y por la justicia, la educación para todos los niños, el acceso a la asistencia sanitaria para todas las personas necesitadas, más facilidades para las pequeñas y medianas empresas, y por más personas con mayores ingresos”, declaraba a líder socialista, Kornelia Ninova.
Estas elecciones anticipadas se convocaron al dimitir Borisov como jefe del Gobierno al perder su partido las elecciones presidenciales. Las ganó el socialista Roumen Radev, exjefe del Ejército del Aire, quien aboga por un acercamiento con Moscú.