Tristeza e impotencia.
PUBLICIDADTristeza e impotencia. Son los sentimientos de los ciudadanos suecos, que se traducían en las lágrimas de la princesa Victoria, tras el ataque perpetrado con un camión en el centro de Estocolmo y que acabó con al menos cuatro muertos y una quincena de heridos.
La Policía ha confirmado que el detenido como presunto autor del atentado es un uzbeko de 39 años, aunque no ha aclarado si simpatizaba con el grupo yihadista Dáesh. Tampoco se ha referido a si el detenido ha confesado ser el conductor del camión robado, aunque ha afirmado que está investigando el dispositivo encontrado dentro del vehículo.
“Sabíamos de él, el sospechoso había aparecido el año pasado en información que manejaban los servicios de seguridad, aunque nos han comentado que era de una importancia ‘marginal’”, ha asegurado el jefe de los servicios de seguridad suecos Dan Eliasson.
La Policía ha rechazado comentar detalles sobre los fallecidos, ya que su identidad aún no ha sido determinada.
Suecia reforzará los controles fronterizos durante 10 días prorrogables para impedir que “el autor de los hechos y eventuales colaboradores puedan abandonar el país”.
El camión, un vehículo de reparto, recorrió la principal calle peatonal de Estocolmo y tras cubrir un tramo de la calzada atropellando viandantes se empotró contra la entrada principal de unos conocidos grandes almacenes de la capital sueca. Se trata del primer atentado en Suecia desde 2010.