Al borde de la guerra.
PUBLICIDADAl borde de la guerra. Así califica un comunicado del ministerio de Exteriores norcoreano la situación entre Pyongyang y Washington, después de que EEUU haya decidido enviar la pasada semana el portaaviones nuclear Carl Vinson a la península coreana ante la posibilidad de que el régimen de Kim Jong-un realice una nueva prueba nuclear.
“Trump dice que lo que pasa es que las decisiones de Corea del Norte amenazan la paz en la región, pero es al revés, no es Corea del Norte, sino Estados Unidos quien provoca tensiones (…). Una prueba nuclear es algo que decide el poder central”, explicaba un alto funcionario del régimen norcoreano.
Imágenes tomadas por satélite de la base nuclear donde se realizaron las últimas pruebas norcoreanas indican que el ejército estaría listo para realizar una nueva detonación, la que sería su sexta prueba atómica.
“Obviamente nos preocupa que Corea del Norte siga desarrollando su programa nuclear y que pueda mandar sus misiles nucleares hacia objetivos en la región o incluso usarlos contra Estados Unidos, lo que sigue siendo un preocupación importante”, explicaba el portavoz del Departamento de Estado. “Por eso necesitamos buscar formas de aumentar la presión sobre Corea del Norte”, explicaba.
Mañana sábado Pyongyang celebra el 105 aniversario del nacimiento de Kim Il-sung, fundador del país y abuelo del actual líder, una fecha conocida como el “Día del Sol” y en la que el régimen comunista podría aprovechar para llevar a cabo una nueva muestra de fuerza militar.