Aumenta el temor a que la escalada de tensión en la península coreana acabe en una guerra real.
Aumenta el temor a que la escalada de tensión en la península coreana acabe en una guerra real.
Los expertos coinciden en que en las próximas horas Corea del Norte podría aprovechar las celebraciones por el cumpleaños del fundador del país para realizar su sexta prueba nuclear.
Una nueva demostración de fuerza que se uniría a la del Gobierno de Estados Unidos, que la semana pasada decidió enviar a la zona el portaaviones nuclear Carl Vinson.
El temor a que la situación degenere es cada vez más real. Japón está estudiando cómo evacuar a los 60.000 japoneses que viven en Corea del Sur y China, el principal aliado de Pyongyang, no cesa sus llamadas a la contención.
“Cuando hay guerra, todo el mundo pierde. Nadie puede ser el ganador. Es por esto por lo que llamamos a todas las partes, tanto con palabras como con actos, a dejar de provocarse y de amenazarse entre ellas”, decía el ministro de Exteriores chino, Wang Yi.
Rusia también teme que la situación estalle. El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, espera que todas las partes eviten las provocaciones.
“Moscú está observando esta escalada de la tensión en la península de Corea con gran preocupación”, apuntaba Peskov.
El cambio de rumbo de la administración Trump en lo que concierne a Corea del Norte sigue adelante. Mientras que el secretario de Defensa, Jim Mattis, dice que Estados Unidos está trabajando con sus socios internacionales para calmar la situación, otros altos cargos de la Casa Blanca insisten en que todas las opciones, incluida la militar, están sobre la mesa.
Mientras la diplomacia mueve sus fichas y los Ejércitos las suyas, los norcoreanos esperan con tranquilidad las celebraciones en honor al fundador del país.