Juicio en Bruselas a ocho princesas de Emiratos Árabes por un caso de esclavitud moderna que se remonta al año 2008.
Durante meses, la princesa Sheikha Hamda Alnehayan y sus siete hijas que se alojaban en el antiguo Hotel Conrad, impusieron a su personal de servicio un tratamiento inhumano y degradante.
Juzgadas además por secuestro y trata de personas, las princesas, no se han dignado a asistir al juicio.
“Es un caso muy simbólico y por eso nos presentamos como parte civil por un lado debido a que las acusadas son princesas de Emiratos Árabes Unidos y por otro por el tipo de explotación doméstica, que es quizá una forma menos conocida de explotación económica y que suele tener lugar en círculos cerrados mucho más difíciles de detectar, explica Patricia LeCocq de la Asociación MYRIA.”
Las princesas tenían unas veinte jóvenes sirvientas de diversas nacionalidades a las que confiscaban el pasaporte al firmar el contrato por un sueldo de entre 100 y 200 euros al mes, por más de 20 horas de trabajo diario. Las víctimas piden entre 2.000 et 7.000 euros por daños y perjuicios, más 50 euros por día trabajado.