Ha sido un ataque global. Con la primera ministra Theresa May y el secretario de defensa Michael Fallon a la cabeza, el comité de emergencia Cobra ha mantenido una reunión en Londres en la que han estado representadas la altas instancias de la política británica y en la que han acordado que el ataque sufrido el sábado en Londres no puede calficarse de hecho aislado.
“El nivel de amenaza nacional sigue siendo muy alto. Es altamente probable que se produzca un nuevo ataque terrorista. La policía ha puesto en marcha medidas de seguridad adicionales para proteger a los ciudadanos y proporcionarles tranquilidad y esto incluye nuevas acciones en numerosos puentes de Londres”, declaraba May. “Lamentablemente, ahora está claro que las víctimas provenían de diferentes partes del mundo. El ataque no fue únicamente contra Londres y el Reino Unido sino también contra el resto de naciones libres”, añadía.
Wecannotand must not pretendthatthingscancontinue as theyare. Thingsneedto change, and theyneedto change in four important ways. pic.twitter.com/szq25idIC7
— Theresa May (@theresa_may) 4 de juniode 2017
Keeping our country safe should be the number one priority for any Prime Minister and any Government. pic.twitter.com/8uysNnVIep
— Theresa May (@theresa_may) 5 de junio de 2017
La unión entre los ciudadanos es total. La división entre los políticos, patente. Así, Jeremy Corbyn, líder de la oposición laborista ha pedido la dimisión de Theresa May, por los recortes en materia de seguridad que llevó a cabo cuando era ministra del Interior durante el gobierno de David Cameron.
You cannotprotectcommunitieson the cheap, as Theresa_May</a> has triedto do for 7 years. Labour willinvestsoourcommunitiesare safer. <a href="https://t.co/VNqpWQHhfS">pic.twitter.com/VNqpWQHhfS</a></p>— Jeremy Corbyn(
jeremycorbyn) 5 de juniode 2017