Casi dos décadas después, concluye la grabación de la película de Terry Gilliam sobre el Quijote.
Así lo hizo saber el director a través de las redes sociales, en las que pidió disculpas por el “largo silencio”.
La película, una adaptación libre y contemporánea de la novela de Cervantes, tuvo que hacer frente a numerosas adversidades durante años, especialmente problemas financieros que provocaron un vaivén de proyectos, así como daños en emplazamientos de grabación y problemas de salud de los que debían ser los personajes principales.
“El hombre que mató a Don Quijote” narra la historia, con saltos entre este siglo 21 y el siglo 17, de un anciano convencido de que es Don Quijote y que confunde a Toby, un ejecutivo publicitario, con su escudero, Sancho Panza.