La quinoa como fuente de proteína vegetal

La quinoa como fuente de proteína vegetal
Por Escarlata Sanchez
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“La solución al futuro problema de la alimentación podría venir del pasado.

“La solución al futuro problema de la alimentación podría venir del pasado. Cultivos como la quinoa, cuyas virtudes ya eran conocidas por la civilización Maya, serían una alternativa al consumo de la carne. Aquí en Caserta, al sur de Italia, un equipo científico investiga este tipo de cultivos dentro del proyecto Protein2Food.”

Las plantas de esta granja experimentas podrían ser algún día la base de nuestra alimentación. Desde los años 60, la dieta se ha orientado a un modelo de proteína animal en muchos países.

Pero ante la creciente demanda mundial de alimentos se necesitan otras fuentes de proteínas. La quinoa y el amaranto, por ejemplo, tienen valores nutricionales cercanos a los de la carne.

Cataldo Pulvento es investigador en el CNR-ISAFOM:

“La composición de la proteína de la quinoa y el amaranto contiene todos los aminoácidos esenciales, y aunque tengan un nivel de proteínas más bajo que las leguminosas, tienen sin embargo una calidad nutricional superior.”

Al igual que en otros países que participan en este proyecto financiado por la UE, aquí los investigadores prueban diversos tipos de cultivos para averiguar cómo se adaptan a las diferentes condiciones climáticas.

En el proyecto participan 19 socios entre agricultores y productores del sector alimentario. Participan 13 países diferentes, 11 de la UE además de Perú y Uganda.

“La quinoa y el amaranto son cultivos que toleran muy bien el estrés abiótico, explica Cataldo Pulvento. En las regiones del sur de Europa las principales causas del estrés abiótico son la escasez de agua y la salinidad.”

En estas pruebas, las plantas se riegan con diferentes cantidades de agua que contienen cantidades variables de sal.

La producción intensiva de carne tiene un gran impacto en el medio ambiente debido a las grandes cantidades de agua necesarias para el cultivo de los piensos.

Sven-Erik Jacobsen, profesor de la Universidad de Copenhague, es el coordinador del proyecto Protein2Food:

“Podemos comer carne, está muy rica y todo lo demás, pero producirla resulta carísimo si tenemos en cuenta la tierra que se necesita para los cultivos necesarios para alimentar a los animales. Además está el enorme consumo de agua por cada kilo de carne que se produce, una cantidad casi diez veces mayor que la requerida para el cultivo de vegetales.”

Las mejores fuentes de proteína vegetal https://t.co/AiMPtGHDkrpic.twitter.com/7uEyyBoVpI

— Juanjo de la Rosa (@delaSinSalida) June 16, 2017

En Italia, el Centro Nacional de Investigación de Ercolano, realiza un estudio sobre cómo las semillas responden a las pruebas de estrés. Los niveles de producción y la calidad son claves para entender el potencial de un cultivo.

“Para el agricultor es importante asegurarse de que cultiva una planta que va a tener un buen rendimiento para su empresa, señala Giacomo Mele, investigador en el Centro Nacional de Investigación CNR-ISAFOM. Para el consumidor, lo que hacemos es analizar los diferentes componentes de la semilla y sus cualidades específicas para el consumo.

De la huerta a la receta… ¿Cómo guisar de forma original un plato de quinoa? Con su enfoque multidisciplinar este proyecto llega también hasta los fogones del Restaurante Giosole en Capúa.

“El problema es que la gente no conoce la quinoa, asegura Raffaele Ingicco. Es un ingrediente que puede combinarse con otras legumbres, para hacer por ejemplo una sopa muy sabrosa.”

How To Cook Quinoa – Healthy Video https://t.co/aHYmDsSZKF

— Fabienne Thuet (@FabHealthCoach) June 19, 2017

“Creo que nuestra dieta mejorará al sentarnos a cenar en familia, indica el profesor Sven-Erik Jacobsen. Nuestra alimentación será mucho más variada, la fertilidad de los terrenos mejorará y podemos decir que solo tiene ventajas.”

Al incrementar la producción de proteínas vegetales se logran beneficios tanto para la biodiversidad como para el ser humano.

La transición hacia una proteína de origen vegetal tendrá además un impacto en la reducción de la huella de carbono.

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