PUBLICIDADVenezuela celebró este domingo unas elecciones a la Asamblea Nacional Constituyente que han dividido por completo el país. La jornada del domingo estuvo marcada por la abstención en las urnas, si bien el Consejo Nacional Electoral habla de ocho millones de votantes, así como por los violentos enfrentamientos entre fuerzas del Gobierno y opositores.
Para el presidente Maduro, la jornada fue “todo un éxito. Una jornada de gran participación popular. Quien tenga ojos que vea. La oligarquía no tiene ojos, así que su opinión no nos importa. Nos importa la verdad del pueblo”.
Las protestas de este domingo contra la Constituyente se saldaron con decenas de detenciones y con la muerte de al menos 14 personas. La oposición, que no avala estos comicios, ha anunciado nuevas movilizaciones para este lunes y para el miércoles.
“Estamos ante un Gobierno autoritario y fuera de la constitución”, remarcaba ante la prensa el presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges. “Hoy ganó el pueblo venezolano, libre y rebelde, que tiene la determinación firme de lograr conquistar la democracia. El Gobierno salió hoy derrotado y lo que haga o diga esa Constituyente ni el pueblo venezolano ni la comunidad internacional lo van a reconocer”.
Al frente de esa comunidad internacional se encuentra Estados Unidos, que este mismo domingo tildó estas elecciones de fraudulentas. A través de su cuenta de Twitter la embajadora de Estados Unidos en La ONU, Nikki Haley, aseguró que la Constituyente de Maduro supone otro paso hacia la dictadura. La Asamblea Nacional Constituyente permitirá al Gobierno la creación de una nueva constitución y acabará con un parlamento hasta ahora de mayoría opositora.
Maduro’s sham election is another step toward dictatorship. We won’t accept an illegit govt. The Venezuelan ppl & democracy will prevail.
— Nikki Haley (@nikkihaley) 30 juillet 2017