Comienza, para un sinfín de iraquíes de la ciudad de Mosul, el difícil y penoso regreso a su hogares. Decenas de familias desplazadas durante los enfrentamientos entre las fuerzas iraquíes y el Dáesh volvían este martes al escenario de los mismos. Su ciudad es hoy un devastador conjunto de ruinas y escombros. Sus casas están destrozadas, el 80% de los edificios y carreteras del lugar han sido destruidos tras nueve meses de cruenta batalla. Vivir aquí es imposible.
“¿Alguna vez has visto a alguien vivir en casas en este estado? No se puede”, dice un ciudadano. “Hay cadáveres dentro y el olor es terrible. Como mínimo el Gobierno tendría que venir y limpiar toda esta basura”.
El hospital general de Mosul es de los pocos edificios que se mantiene en pie. Aquí Cruz Roja Internacional ha estado tratando a miles de personas heridas en el fuego cruzado.
“Tengo una bala incrustada por un disparo”, cuenta el pequeño Ghalid. “Quiero luchar, quiero participar en la guerra”.
El Gobierno iraquí ya ha anunciado que harán falta cientos de millones de euros para reconstruir la ciudad y pide ayuda a la comunidad internacional para tratar de dar un futuro al futuro de Mosul.