El tiempo apremia en Houston, una de las zonas más castigadas por el huracán Harvey. Las operaciones de rescate se multiplican antes de que las lluvias torrenciales alcancen su punto álgido. Los evacuados son trasladados a áreas de servicio, desde donde parten hacia refugios.
“Hemos perdido prácticamente todo. El agua aún no había llegado a nuestra casa, pero estaba a punto de hacerlo, así que salimos en el momento oportuno”, explica un evacuado.
A esta gasolinera, también acuden voluntarios para ayudar a los damnificados. Muchos han tenido que abandonar sus casas sin tiempo para llevarse consigo ropa de abrigo o alimentos.
“Da miedo. Es devastador para los niños, especialmente para ellos. Es angustioso”, dice una voluntaria. “Sí, es horrible. No todos estamos pasando por lo mismo, pero es aterrador”, señala otro voluntario. “Tenemos edredones y ropa para personas de todo tipo. No todo el mundo tiene la misma talla”, añade otra voluntaria.
La solidaridad ciudadana es fundamental en la ciudad más poblada de Texas, ya que muchas tiendas están cerras y la mayoría de las gasolineras, desabastecidas. Desde 1960, Houston es la región estadounidense con más muertes y pérdidas inmobiliarias a causa de las inundaciones.