PUBLICIDADLa angustia se apodera de los “dreamers”, jóvenes inmigrantes que entraron ilegalmente en Estados Unidos siendo niños y que ahora están en el punto de mira de la Administración Trump. Muchos se han echado a las calles en los últimos días con los primeros rumores sobre la inminente anulación del DACA, un decreto de la era Obama que Donald Trump prometió derogar durante la campaña electoral y que actualmente protege de la expulsión a más de 600.000 jóvenes, la mayoría mexicanos.
Según desveló el jueves la Casa Blanca, el Gobierno permitirá a los “dreamers”, los soñadores, quedarse en el país hasta que expiren sus permisos de trabajo, un flaco consuelo para Luis:
- “Me aterroriza que el programa solo te conceda el tiempo que te quede de permiso de trabajo. El mío expira dentro de seis meses. Si el programa acaba mañana, solo tendré seis meses para hacer lo que tenga que hacer y eso me aterroriza”.
La amenaza también quita el sueño a Diana, una joven de 24 años que, al igual que Luis, ha crecido y vivido como estadounidense:
- “Estados Unidos es mi vida. Es mi hogar. Me ha dado muchas oportunidades y eso es todo lo que sé. Llegué cuante tenía un año y mi futuro está aquí”.
Las redes sociales arden de manifestaciones de rechazo. Unos apelan al corazón y otros, como la líder de la minoría demócrata en la cámara de representantes, Nancy Pelosy, al bosillo: si se materializa la expulsión de los dreamers, asegura, la economía estadounidense perderá 460.000 millones de dólares en los próximos 10 años.