Activistas de Greenpeace han aprovechado la presencia de Angela Merkel en el Salón del Automóvil de Francfort para protestar contra las emisiones de los automóviles diesel. Los activistas, que están vestidos con batas blancas y simulaban ataques de asfixias, acusan a la canciller alemana de haber puesto en riesgo la salud de diez miles de personas al permitir a los fabricantes seguir vendiendo coches diésel que exceden los límites permitidos. El tema de las emisiones es muy sensible en Alemania desde que hace dos años la empresa automovilística Volkswagen reconociera que había hecho trampas para que sus vehículos con motores diesel pasaran los controles.
Activistas de Greenpeace han aprovechado la presencia de Angela Merkel en el Salón del Automóvil de Francfort para protestar contra las emisiones de los automóviles diesel. Los activistas, que están vestidos con batas blancas y simulaban ataques de asfixias, acusan a la canciller alemana de haber puesto en riesgo la salud de diez miles de personas al permitir a los fabricantes seguir vendiendo coches diésel que exceden los límites permitidos. El tema de las emisiones es muy sensible en Alemania desde que hace dos años la empresa automovilística Volkswagen reconociera que había hecho trampas para que sus vehículos con motores diesel pasaran los controles.
