Activistas de la organización ecologista Greenpeace intentaron rodear este jueves por la mañana en el estuario del río Támesis un barco de 23 000 toneladas con el objetivo de impedir que su carga, miles de coches diésel de Volkswagen, entrasen en el Reino Unido.
Al mismo tiempo y como parte de la misma protesta, en otro puerto situado más al este, otro grupo de activistas se hizo con las llaves de cientos de coches también de Volkswagen que esperaban a ser distribuídos.
Bajo el lema “Abandonen el diésel”, la organización recordó así el escándalo que protagonizó el fabricante alemán de coches en 2015 tras descubrirse que había instalado un software para ocultar las emisiones reales de algunos de sus motores.
Esta misma semana, el Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados de Austria publicaba un informe según el cual, en Europa se podrían evitar cada año entre 7 500 y 8 000 muertes prematuras por diversas enfermedades, si todos los vehículos con motores diésel fuesen sustituídos por automóviles de gasolina.