Trabajadores estafados en la UE

Trabajadores estafados en la UE
Por Hans von der Brelie
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Vuelta a casa, a Rumania.

Vuelta a casa, a Rumania. Es el particular retorno al hogar tras una larga estancia en el extranjero de Alexandru y Ciprian. Intentaron ganar algún dinero en Europa occidental. Nos acercamos hasta Lungesti, un pueblo en el campo rumano para reunirnos con Alexandru Spalatelu.

Spalatelu consiguió trabajo a través de un oscuro subcontratista, títere de un empresario serbio ahora huído tras manipular una empresa alemana fantasma de trabajadores rumanos.

Los obreros fueron puestos al servicio de una empresa constructora en el aeropuerto de Francfort. A Spalatelu le prometieron 11 euros y medio por hora.

Le pagaron la mitad, y eso los dos primeros meses de trabajo. El semestre siguiente no le pagaron.
Spalatelu recuerda con detalles. “Nos daban sólo dinero justo para comprar comida, al principio eran unos 30 o 40 o 50 euros por semana. Después de algún tiempo pasaron a diez euros por día para seis personas. Trabajamos 14, 16 ó 20 horas, a veces empezamos a las siete de la mañana y trabajábamos hasta la una de la madrugada, el problema era doble: teníamos que terminar lo que habíamos empezado y también un problema de dinero: pensábamos, que cuanto más trabajaramos, más nos pagarían, pero no fue así “.

Les rescató Letitia Matarea-Türk, una voluntaria germano-rumana bilingüe que asesora a trabajadores en mala situación. Con sede en Francfort es parte del grupo Movilidad Justa, impulsado por la Confederación Alemana de Trabajadores y cofinanciado por la Unión Europea: “El señor Spalatelu y sus colegas fueron estafados por su empleador. No les pagaron. Le deben al señor Spalatelu y a sus otros colegas 55.000 euros.

- Cómo engañan a los trabajadores?

- El método más común para engañar a los trabajadores consiste en no pagarles el salario mínimo del país anfitrión, al que tienen derecho legalmente o ignorar los niveles salariales habituales del país anfitrión o simplemente quitarles arbitrariamente parte de su salario.”

- ¿Qué debe cambiarse en la Unión Europea para evitar que esos casos vuelvan a ocurrir?”

- “Debe haber límites cuando se trata de misiones de trabajo, independientemente de qué rama económica estemos hablando. Los subcontratistas deben ser limitados y controlados. Por lo que hemos visto el negocio de la subcontratación se ha extendido y ha dejado paso libre a la explotación de trabajadores extranjeros.

El grupo de trabajo alemán Movilidad Justa se ocupa de seis mil denuncias de trabajadores migrantes al año.

Pero Spalatelu prepara la maleta de nuevo. Como lleva haciendo media vida. Para alimentar a sus hijas pasó años en el extranjero, instaló paneles solares en Jordania, cableado en Grecia, trabajó en el metal en Chipre, lo intentó en Italia y Alemania.

Tiene un mensaje para la Comisión Europea: “Que no acepten a empresas fantasma, ya sea en Alemania o en otros lugares: traen a los trabajadores de la frontera y los explotan como esclavos, ya sean búlgaros, rumanos o de dónde sean.
Y tiene que haber controles estrictos. Los gobiernos deben investigar a las empresas subcontratistas y preguntarles: ¿Les pagó el contratista principal? ¿Paga usted a los trabajadores? Entonces, de acuerdo, siga con su negocio. Si no les paga, se acabó, lárguese”.

Rumbo al próximo combate de supervivencia: Italia.

Spalatelu apalabró un trabajo de transportista de material de construcción de Roma a Milán. Y una vez más, es sólo una promesa. ¿Sin contrato y dispuesto a hacer dos mil kilómetros por carretera? Si, para Spalatelu la vida siempre es así.

Vamos a conocer a Ciprian y a su familia. ¿Cómo sacarla adelante con el acicate de Alessia que acaba de cumplir ocho meses? En el campo rumano no hay muchas salidas.

Ciprian Aly decidió probar suerte con un subcontratista que trabaja para un gran servicio de mensajería alemán. Trabaja de 4.30 de la madrugada a nueve de la noche.

Pero eso no es todo… “Las matrículas de las furgonetas eran rumanas, no sé si tenían seguro o no, pero lo que si sé es que yo no tenía seguro y estaba realmente asombrado porque las furgonetas estaban averiadas: el freno de mano no funcionaba y yo ni siquiera tenía un seguro sanitario.

Insiders: Posted workers from RomaniaEsa no es su única mala experiencia. Un intermediario lo conectó con un subcontratista italiano para demoler viejos cuarteles del ejército en Alemania. La vivienda era un desastre. No tenían ni cocina, la improvisaron en un pasillo.

Aly recuerda con disgusto: “Vivíamos diez personas en la misma habitación. Dos compartían una cama de niño pequeño.
En la cama grande nos tumbábamos siete, tan apretados que teníamos que pedir permiso cuando alguien quería levantarse o quería cambiar de postura. Nos dábamos la vuelta todos a la vez.

Erich Mocanu llega desde Alemania. Es un exdetective privado bilingüe que ejerce de protector de los rumanos en Alemania.
La situación de estos trabajadores es más que difundida en Twiter

Estos trabajadores son testigos de cargo de las condiciones de trabajo de los migrantes a Alemania. Han visto a capataces golpear a los obreros, quitarles dinero por el supuesto alquiler de un mono de trabajo, robar salarios, obligar a los trabajadores migrantes a pagar comisiones a intermediarios corruptos.

Ciprian nos enseña las notas que tomó cuando trabajaba en un matadero bávaro, son una locura total: Ciprian trabajó 19 horas sin parar en ese matadero, arrancando con sus manos las entrañas de los animales sacrificados, suena a puro esclavismo, no entiendo cómo puede pasar esto hoy en día, en pleno 2017.

- Erich Mocanu, como fundador de la ONG AEBS , ¿tienes alguna explicación?

- “Esto pasa porque los trabajadores migrantes rumanos son reclutados en condiciones que nadie entiende … El mayor problema son los subcontratistas porque nadie tiene ni idea de quién está trabajando, en qué momento y dónde.”

- ¿Cómo funciona, este sistema de subcontratas fraudulentas?

- “Hay empresarios miserables que evitan pagar impuestos en Alemania cuando contratan a trabajadores en empresas fantasma; especialmente cuando registran a los trabajadores en Rumania y cuando pagan el salario mínimo rumano en lugar de pagar el alemán …
Aquí tenemos el contrato de una subcontrata que trabaja para una mensajería alemana. Este contrato está hecho bajo la ley rumana: ocho horas de trabajo diarios: 1450 Lei mensuales, es decir, alrededor de 300 euros al mes.

El director está a la cabeza de dos empresas: una en Alemania, otra en Rumania. En Alemania, firma los acuerdos con los grandes contratistas principales. En Rumania recluta obreros. Así que no paga impuestos en Alemania, no hay cotizaciones sociales, no hay contribuciones para los planes de pensiones.”
A Ciprian se le filtró un ácido en sus guantes de trabajo y se le infectaron los dedos en una fábrica de carne alemana.

Sin contrato, sin papeles, sin seguro médico … pero con un recuento falseado de horas trabajadas

“Tenía una tarjeta de acceso con el que entraba en las instalaciones pero no estaba a mi nombre, sino al de otro, al de un colega que se había ido hacía tiempo ya. Los que vinieron detrás de mí siguieron usando la misma tarjeta de acceso. El empresario alemán es el culpable de esto porque tolera la sombra de los intermediarios que trafican con trabajadores clandestinos. Todo el mundo recibe su parte. Es obvio: el empleador alemán recibe su dinero, los intermediarios obtienen su dinero también … comercian con trabajadores, y cobran una comisión de ellos … Esto no es normal”.

No será normal pero Ciprian se prepara para ir a Italia a recoger manzanas o a hacer reformas de pisos en Francia … lo que sea para simplemente sobrevivir.

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