La jornada de paro ha estado marcada por el discurso del rey y los enfrentamientos entre la población catalana y las fuerzas de seguridad del Estado.
PUBLICIDADEl rey Felipe VI en un acto inusual para la monarquía española se ha dirigido a la nación dos días después del referéndum del 1-O para apoyar la postura del gobierno de España y reafirmar el compromiso de la corona con la Constitución y el Estatuto de autonomía.
“Esas autoridades se han situado al margen del derecho y la democracia, han intentado quebrar la unidad de España y la soberanía nacional”, recriminó el monarca español las acciones del gobierno catalán. “Por todo ello y ante la situación de extrema gravedad, que requiere el compromiso de todos, es responsabilidad de los legítimos poderes del Estado asegurar el orden constitucional”.
Vuelve a ver completo el discurso del rey
Las palabras del monarca han puesto broche final a una jornada de huelga general con elevado seguimiento en Cataluña, marcada por los desencuentros entre miembros de la Guardia Civil y la Policía Nacional y la población catalana.
Se han producido escenas de tensión y enfrentamientos entre agentes y manfiestantes en varias localidades desde que el domingo las fuerzas de seguridad intervinieran con dureza en algunos colegios electorales para impedir el voto en el referéndum suspendido por el Tribunal Consitucional a petición del Gobierno.
Manifestaciones de apoyo a la policía en Pineda de Mar
El propio presidente de la Generalitat instó al Ministerio del Interior a retirar a sus policías.
La división que está generando el desafío independentista se reflejó en la propia convocatoria de huelga. CGT y otros sindicatos minoritarios llamaron a una huelga general “contra la represión, por las libertades y los derechos laborales”. La agrupación “Taula por la Democracia” convocó un “paro de país”, apoyado por la Generalitat y algunos ayuntamientos e instituciones.
Sin embargo los sindicatos mayoritarios CCOO y UGT se desmarcaron y llamaron solamente a celebrar “paros parciales pactados”.
La jornada de paro, en la que se cortaron más de 50 carreteras en Cataluña, no hubo actividad portuaria en Barcelona y Tarragona, cerraron negocios y escuelas, terminó con una multitudinaria manifestación en el centro de Barcelona contra la actuación policial el pasado 1 de octubre.