El primer ministro canadiense habla con Duterte de derechos humanos y con Aung San Suu Kyi, de los Rohingyá.
PUBLICIDADJustin Trudeau no se ha mordido la lengua durante la cumbre de la ASEAN. El primer ministro canadiense ha abordado durante una reunión con el presidente filipino, Rodrigo Duterte, la cuestión de los derechos humanos y de las ejecuciones extrajudiciales en el país asiático. Asimismo ha tratado con la líder filipina, Aung San Suu Kyi, la situación de los refugiados Rohingyá huidos de Birmania; una cuestión prioritaria para su Gobierno, según declaró a la prensa.
“A la luz de los acontecimientos en el estado Rakhine, en Birmania, he nombrado un enviado especial para la región, al que he pedido que vea cómo Canadá puede ayudar a dar respuesta a la difícil situación de la minoría musulmana. Canadá seguirá apoyando los esfuerzos humanitarios y políticos de la ASEAN para encontrar una solución sostenible y justa para esta crisis, y también seguiremos trabajando con los gobierno de Birmania y Bangladesh para permitir un regreso seguro de los pueblos desplazados”, aseguró Trudeau.
El presidente estadounidense, Donald Trump, se ha ido antes del final de la cumbre tras destacar la “gran relación” que mantiene con Duterte, con el que apenas abordó la cuestión de los derechos humanos. Este aprecio mutuo contrasta con la guerra que el presidente filipino declaró, con insultos incluidos, al predecesor de Trump, Barack Obama.
Al mismo tiempo, una manifestación recorría las calles de Manila para denunciar “el régimen fascista de Duterte” y “el imperialismo de Trump”, según rezaban las pancartas. La marcha acabó con la bandera estadounidense en llamas.