PUBLICIDADPor primera vez en la historia de Hungría, formaciones de izquierda y el mayor partido opositor, el ultranacionalista Jobbik, unieron sus voces el viernes para pedir la dimisión del Gobierno conservador de Viktor Orbán.
La chispa que ha desencadenado la protesta es la multa de casi un millón de euros que la Auditoría Estatal impuso a Jobbik por el uso incorrecto de fondos en sus campañas políticas.
Gábor Vona, presidente de Jobbik: "El hecho de que tanta gente de diferentes ideologías se una aquí en Budapest es un paso histórico para hacer de Hungría un país libre y justo, un país de este siglo". "Todo el mundo tiene derechos, aseguraba Balazs Gulyás, activista de izquierda, actindependientemente de su pasado. Era y sigo siendo muy crítico con Jobbik, pero no se puede ignorar la ley como hace el Gobierno".
"Ahora, añadía otro manifestante, casi todos los partidos de la oposición y una gran multitud defienden a Jobbik, porque no se trata solo de ese partido, sino de la democracia húngara. Y a todos nos gustaría vivir en un país más libre y democrático".
Veronika Rippel, Euronews: "Es la primera vez que Jobbik y algunos partidos de izquierda se manifiestan juntos. La gran pregunta es cómo evolucionará esa cooperación antes de las elecciones del próximo año".