Francisco recuerda que millones de personas se ven obligadas a abandonar su tierra, en muchos casos por pura "supervivencia"
El papa Francisco denuncia el drama de los migrantes y hace un llamamiento a la hospitalidad en la misa del gallo. Unos 10.000 fieles asistieron al oficio en la Basílica de San Pedro, para celebrar el nacimiento de Jesús.
"Vemos las huellas de millones de personas que no eligen irse sino que son obligadas a separarse de sus seres queridos, que son expulsadas de su tierra. En muchos casos esa marcha está llena de esperanza, esperanza para el futuro. Sin embargo, para muchos, esta partida solo puede tener un nombre: supervivencia", dijo.
El pontífice recordó que María y José también se vieron obligados a abandonar su tierra y aseguró que la Navidad es un momento para "transformar la fuerza del miedo en fuerza de la caridad".
"María y José, que no tenían un lugar, son los primeros en abrazar a aquel que viene a darnos carta de ciudadanía a todos. Aquel que en su pobreza y humildad proclama y muestra que el verdadero poder y la libertad auténtica se muestran honrando y ayudando a los más débiles", señaló.
El papa Francisco pidió que el llanto del niño Jesús "despierte nuestra indiferencia, abra nuestros ojos ante el que sufre".