Esta es la propuesta de un político de la isla italiana.
Los ayuntamientos de Cerdeña afrontan un gran desafío demográfico con las tasas de natalidad más bajas de Italia, un importante envejecimiento de sus habitantes y la fuga de la población joven, que están dejando poblaciones fantasma.
"La isla pierde habitantes y, a diferencia del pasado, los flujos migratorios no pueden compensar el declive demográfico debido a la dinámica natural (nacimientos y muertes)", señala la página web de la región.
En este contexto, el consejero de Salud de la isla, Luigi Arru, ha propuesto abrir las puertas de par en par a la inmigración para combatir la despoblación.
"En Cerdeña, para invertir el dramático descenso de las tasas de natalidad, hay que fomentar la inmigración. De lo contrario, será difícil mirar el futuro con optimismo", dijo Arru en el periódico local La Nuova Sardegna el 7 de enero.
La propuesta conlleva no solo acoger inmigrantes, sino también crear políticas para favorecer su llegada, ayudarles a encontrar trabajo y formar una familia. Con esto, Arru busca particularmente que se establezcan en municipios pequeños, donde la despoblación está reduciendo a cero el número de residentes.
El pequeño municipio de Anela, situado en el centro de la isla, es un buen ejemplo de población en riesgo de desaparecer. Con una población de 645 habitantes, de 50 años de edad media, continúa a perder población sistemáticamente cada año tanto por el saldo natural como por el migratorio.
No obstante, tan solo el 1,9 por ciento de la población es extranjera.
Polémica abierta
La solución de Arru ha suscitado el rechazo de otras formaciones políticas e incluso entre las filas de su propio partido, PD Sardegna. Su compañero de sigla Emiliano Deiana, alcalde de Bortigiadas, dijo: "Es incorrecto y miope indicar que la migración es la única forma de repoblación".
"Una verdadera y propia sustitución étnica de la población", lamenta Paolo Truzzu, del partido conservador Fratelli d'Italia. "Que los sardos se vayan también en busca de una mejor fortuna. En su lugar, llegarán cientos de miles de inmigrantes para los que se esté listo a garantizar una vida nueva y digna en la isla".
"De un razonamiento sobre el declive demográfico, Truzzu extrae una invitación a la solución étnica, una verdadera fijación de la derecha rancia", respondió Arru.
Roberto Marino Marceddu, ex alcalde de Gairo -pueblo de 1.420 habitantes-, dice que "las frases del concejal suenan como una verdadera ofensa para los sardos y en particular para los que viven en las zonas internas". Él mismo es hijo de emigrantes y padre de tres hijos, dos de los cuales emigraron fuera de la isla en busca de trabajo.
"Mi hija", dice," tiene 28 años y lleva ya un año viviendo en Francia, donde ha encontrado trabajo, le gustaría volver a Cerdeña, pero no puede. Lo mismo se aplica a mi otro hijo de 21 años, que se mudó a la península".
A su juicio, más que hacer llegar inmigrantes, habría que atraer a los jóvenes sardos de vuelta.