Varias ONG creen que en Birmania no se dan las condiciones para garantizar su seguridad
Birmania y Bangladés quieren repatriar a los rohinyás en el plazo de dos años. Han llegado a un acuerdo y por primera vez hablan de un calendario para el retorno a territorio birmano de los 655.000 refugiados huidos desde agosto, 520.000 de ellos niños.
Actualmente, malviven en campamentos, saturados e insalubres, a lo largo de la frontera bangladesí. Se enfrentan a enfermedades como el cólera, el sarampión, la rubeola o la difteria, de la que se han detectado más de 4.000 casos sospechosos. Una campaña de vacunación está en marcha.
Pero, a pesar de todo ello, ¿querrán volver a Birmania?
Es lo que se cuestionan diplomáticos y varias ONG, que no creen que se den todavía las condiciones necesarias para garantizar la seguridad de esta minoría musulmana perseguida y apátrida, sin documentos de identidad, sin acceso al mercado de trabajo, ni ningún derecho.
Los rohinyás huyeron de una campaña militar calificada por la ONU de "limpieza étnica". Sus pueblos fueron quemados, sus campos confiscados... Para Amnistía Internacional el oeste de Birmania es una "prisión a cielo abierto" para los rohinyás, víctimas de apartheid.