Cómo sobreviven en Rusia a las sanciones internacionales

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Genady y Nadiezda viven en un piso alquilado en una barriada de las afueras de Moscú.

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Genady y Nadiezda viven en un piso alquilado en una barriada de las afueras de Moscú. Gennady es un seguidor de Vladimir Putin, Nadezhda votará por otro candidato.
Nadiezda es economista. Genady tenía una agencia inmobiliaria. Quebró. Ahora trabaja es gerente en una cadena de bricolaje. Le gustaría volver tener su propio negocio, pero no ve la manera.

Shihkerimov lo razona así: “Hace poco pensé en un nuevo negocio, y llegué a la conclusión de que era algo completamente irreal, porque el interés al que en el mejor de los casos, puedo obtener un préstamo, si de alguna manera logro hacerlo milagrosamente, es del 13%. Tienes que ganar cinco veces más que el préstamo, bueno, ¡es imposible! ¿Qué tipo de negocio puede ser ese? Como no sea encontrar oro …”.

Lo único en lo que Genady y Nadiezda están de acuerdo es en sus discusiones políticas es que ya es hora de dar paso a las pequeñas y medianas empresas en Rusia.
Nadiezda asegura: “Necesitamos préstamos baratos, menos burocracia … así la gente podría ganar algo de dinero”.

La participación de las pequeñas y medianas empresas en el PIB de Rusia ronda el 20%.
Vladimir Putin, aseguró ante la Asamblea Federal, que debería por lo menos duplicarse de aquí a 2025. Pero son muchos los obstáculos que obstaculizan la expansión de negocios en Rusia.

Para el director del Programa de Política Económica en el Centro Carnegy de Moscú, Andrey Movchan, “Los impuestos a las pequeñas y medianas empresas están creciendo y crecerán más, el control sobre las pequeñas y medianas empresas, legales y no legales, crece y crecerá; el número de inspectores y la complejidad de las inspecciones aumenta, y el mercado se reduce a medida que caen los ingresos de la población. Dada la enorme dificultad para poder exportar será cada vez más difícil para las empresas vender sus productos “.

Anton Samoylov tiene una empresa de software de seguridad informática, Every Tag. Factura al año algo más de un millón de euros. El producto estrella de su empresa es un software que marca cada documento impreso. En caso de una fuga, es posible saber exactamente quién imprimió la copia filtrada. Samoylov está convencido de que este software responde a las necesidades de la era de Wikileaks, pero explica que los principales mercados extranjeros están cerrados para su empresa.

El director general de Every Tag nos dice Samoylov, lo detalla: “Es muy difícil para nosotros acceder a cualquier mercado occidental debido a la situación política, a las sanciones, a las acusaciones de interferencia en las elecciones estadounidenses. Las empresas occidentales, incluidas las de Estados Unidos y las europeas Europa, no confían en las empresas que se ocupan de la información, tecnología e, incluso, aunque indirectamente, estén conectadas con la seguridad, por una simple razón: tienen miedo a las filtraciones “.

Paradojicamente las sanciones se convirtieron en un incentivo para la mayoría de los participantes en esta feria del queso Made in Rusia, en Moscú. Desde las sanciones de la Unión Europea de 2014 aparecieron nuevos fabricantes. La mayoría de ellos comenzó este negocio hace tres años. No es una coincidencia.
En 2014, en respuesta a las sanciones de la UE y los Estados Unidos, Rusia prohibió importar queso y, en general, una gran cantidad de productos agrarios de Europa. Un vacío en el mercado está siendo llenado por nuevos fabricantes de queso rusos. El queso es bastante caro de 10 a 50 euros el kilo.

Aleksei Zyuzin, de 34 años, es arquitecto. Ahora produce tres tipos de queso con antiguas recetas rusas y planean crecer más. Junto con 4 socios posee la granja Bogomolov en la aldea de Donskoi, a 700 km de Moscú: “Las sanciones ciertamente nos estimularon para participar en este complejo negocio. Fabricamos unos 200 kilos de queso al mes, pero planeamos aumentar la producción y parece que nos las arreglamos bien.

Lyubov y Victor Gorbachev trabajan de sol a sol. Invierten todo lo que ganan en su negocio familiar en la aldea de Zamitskoe en la región de Smolensk. Producen 40 tipos de queso suave hecho a mano, que se sirve en algunos de los mejores restaurantes de Moscú.

Lyubov asegura: “Es algo difícil para nosotros, porque nuestros clientes están acostumbrados al queso extranjero, así que tratamos de convencerles de que nuestro queso no es inferior al importado”.

Para ver más de cerca un pequeño negocio desarrollado lejos de las grandes ciudades, fuimos a Berendeevo, tres mil habitantes, a 160 kilómetros de Moscú.

Algunos de los vecinos trabajan para la empresa privada MetKomplekt, que produce construcciones metálicas, que se utilizan en equipos eléctricos ferroviarios.

Los dueños de la empresa, Kirill Zakharov y su esposa Eugenia nos mostraron todo. Emplean a 40 personas. Facturan casi millón y medio de euros al años.

Kirill explicó que supone un gran desafío encontrar trabajadores cualificados, pero este desafío no es el único: “Después de que el rublo se debilitara, el coste de los consumibles y repuestos para las máquinas importadas de la fábrica aumentó varias veces, y eso afectó mucho al costo de nuestra producción y a nuestra competitividad”.

Sin embargo, Kirill es muy optimista con respecto al futuro de su empresa.
Cree que la única solución para las pequeñas y medianas empresas en cualquier país, incluida Rusia, es es trabajar más para compensar el viento en contra:“Lo que de verdad querría es que las autoridades traten a las pequeñas empresas como un pilar de la economía rusa. Notamos mucha atención, pero no que seamos el pilar de la economía”.

El soldador Aleksandr Morozov llegó a MetKomplekt justo después del servicio militar obligatorio. Este es su primer trabajo. Tiene 23 años. Vive junto a su mujer, Irina (contable en la escuela) en un pequeño piso alquilado.

Entre los dos ganan unos 400 euros al mes y dicen que son absolutamente felices a pesar del brutal aumento de precios.

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Aleksandr recuerda: “Antes ibas al mercado y por 14 euros hacías la compra. Hoy es como si tiraras el dinero, no te cunde nada. Así que será muiy necesario que aumentaran los salarios.”.

Aleksandr e Irina aspirar a mejorar. Quieren tener su propia casa. Irina tiene una idea clara de cómo hacer sus sueños realidad.

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