Los dos candidatos, Fabricio y Carlos Alvarado, representan opciones antagónicas sobre cuál debe ser el papel de la religión en el Estado
PUBLICIDAD¿Hacia dónde se encamina Costa Rica? Las elecciones presidenciales que está celebrando este domingo pueden dar un vuelco en la identidad tradicionalmente abierta y tolerante de la democracia más antigua de Latinoamérica. Los electores, más de tres millones trescientos mil, tiene dos opciones antagónicas sobre cuál debe ser el papel de la religión en el Estado: el pastor evangélico Fabricio Alvarado apuesta por un conservadurismo religioso. Frente a él está otro Alvarado, en este caso Carlos, del oficialista Partido de Acción Ciudadana (PAC)... a su pesar, muchos costarricenses le identifican con la corrupción que salpicó al Gobierno saliente.
Durante la campaña, activistas proderechos humanos han protestado contra las posturas ultraconservadoras de Fabricio Alvarado y algunas mujeres han ido a votar disfrazadas de religiosas.