Muchas organizaciones aseguran que es un paso más en la lucha del primer ministro para acallar voces críticas
PUBLICIDADEn menos de una semana -el 8 de mayo- el nuevo Parlamento húngaro celebrará su primera sesión, y el asunto que corona la agenda es la apodada por el Gobierno como "Stop Soros", que pretende gravar con un 25% de impuestos las donaciones a ONG provenientes del extranjero.
El texto de la ley, que el Ejecutvo no pudo aprobar en la anterior legislatura porque no contaba con una mayoría de dos tercios, dice que será solamente aplicado a las organizaciones que "favorezcan" la inmigración, en continuidad con la política de fronteras cerradas que abandera Víktor Orbán.
"Este texto dice actualmente que el paquete Stop Soros se aplica solamente a aquellas organizaciones que tratan la inmigración. Transparencia Internacional Hungría no trata la inmigración, nunca ha tratado con ello a la manera en que nuestras más de 100 secciones en el mundo nunca tratan con la inmigración y el asilo internacional", dice József Péter Martin, director de Transparencia Internacional Hungría.
No obstante el 13% de la financiación de TI en el país proviene de Soros.
Muchas ONG y organizaciones humanitarias temen que esto sea un paso más en la lucha del primer ministro por acallar voces criticas.
Júlia Iván, directora de Amnistía Internacional Hungría, asegura que "la presión sobre la sociedad civil es alta". "Solo piensa en la lista de organizaciones, las amenazas constantes que recibimos. Eso significa que tenemos que tomar precauciones para continuar trabajando. Pero no estamos en una posición fácil, porque es una campaña política, y no hay base legal, no tiene sentido. Este paquete de propuestas es completamente inconstitucional", concluye.
La protestas que han inundado las calles del país en los últimos tiempos contrastan con el respaldo sin paliativos que consiguió Orbán, y por tanto sus políticas, en los recientes comicios.