Sin selfis, sin Netflix y sin Weinstein

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Por Belle Donati
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El Festival de Cine de Cannes pasa por un momento en el que debe reinventarse: Sin selfis, sin Netflix y sin Weinstein.

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Cate Blanchett, presidenta del jurado, y Martin Scorsese, que recibe la Carroza de Oro, inauguran el Festival de Cine de Cannes. Sin selfies y con un jurado mayoritariamente femenino, es el primer festival que se celebra desde el escándalo de Harvey Weinstein, por lo que la Croisette se compromete a luchar contra el acoso sexual.

"La lista de grandes figuras se acorta este año. Y uno de sus habituales sobre la alfombra roja, Harvey Weinstein, por aquí no aparecerá. Todas las miradas se fijan en cómo el festival responde al movimiento #MeToo que él provocó. Y a eso se le suma la guerra abierta contra Netflix, que a su vez boicotea el festival. Renovarse sin perder vigencia, esa es la cuestión."

"Para los críticos e incondicionales del festival, se esperaban nombres como Mike Leigh o Paolo Sorrentino. Sin embargo, otros nombres con los que el mundo del cine no está tan familiarizado, inundan la competición y la sección oficial se adentra en territorio desconocido y eso es increíblemente emocionante", asegura el crítico de cine de The Telepgraph, Robbie Collin.

Cannes era como la segunda casa de Harvey Weinstein, aquí lanzó algunas de sus grandes apuestas como el filme mudo 'The Artist'. Tras los escándalos, el festival ha instalado una línea directa para denunciar cualquier agresión sexual.

"BlacKKKlansman", lo último de Spike Lee y "Le livre d'image", de Jean-Luc Godard compiten por la Palma de Oro.

Netflix se queda fuera de juego.Aunque su pelea va contra una legislación francesa demasiado restrictiva, que prohíbe el visionado de películas en Internet hasta transcurridos 3 años de su proyección en salas.

"La industria del cine atraviesa un momento delicado. Y todos los temas que están en el aire deben encontrar una solución aquí primero", concluye Robbie Collin.

Sin selfis, sin Netflix y sin Weinstein, los desafíos se presentan en forma de ausencias. La pregunta es si Cannes logrará lidiar contra esos molinos de viento convertidos en gigantes.

Fuentes adicionales • Escarlata Sanchez

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