Jugadores y jugadoras de 12 años de edad, procedentes de 211 países y distribuidos en 32 equipos mixtos han participado en Moscú en el sexto torneo "Fútbol por la Amistad"
PUBLICIDADMás futbolistas, más equipos, más goles que en el Mundial.
Jugadores y jugadoras de 12 años de edad procedentes de 211 países y distribuidos en 32 equipos mixtos, han participado en Moscú en el sexto torneo "Fútbol por la Amistad". Una competición que promueve los valores humanos. Los combinados internacionales han llevado el nombre de especies de animales raras o en peligro de extinción.
"Es un gran honor poder jugar aquí en Rusia, en el Mundial, porque es de aquellas cosas que sucede una vez en la vida, es una oportunidad única, no tengo palabras, es magnífico", explica el jugador francés, Swan Dram.
Los jóvenes futbolistas son embajadores de la paz, la amistad, la pasión, como esta selección de norcoreanos y surcoreanos bautizada con el nombre del capuchino rubio.
"Estoy muy contento, he hecho muchos amigos de todo el mundo. Soy de Corea del Sur, él es de Corea del Norte, hemos coincidido aquí y somos magníficos amigos", dice el surcoreano Chan-woo Kim.
La competición sirve también para ver la evolución de jóvenes promesas como el colombiano Jerónimo Rodríguez Urueña, máximo goleador del campeonato con diez tantos, que llevaron a la victoria al equipo de los Chimpancés.
Un momento inolvidable que Jerónimo quiso compartir con Cameron, su mejor amigo y portero de su selección.
—"Me siento muy, muy feliz, es maravilloso", comenta Jerónimo.
—"Una experiencia increíble, hemos ganado el torneo en Rusia", responde Cameron, jugador representante de Dominica.
Con tres millones de seguidores, el torneo "Fútbol por la Amistad", es todo un éxito. El máximo goleador de la historia de la selección rusa de fútbol, Aleksandr Kerzhakov, nos explica cuál es el secreto.
"El torneo "Fútbol por la Amistad" cuenta cada año con la participación de más equipos, de más continentes, y es gracias a ellos, a estos chicos y chicas, que su mensaje de que intentan hacer un mundo mejor cala hondo cuando regresan a sus respectivos países", concluye Kerzhakov.