Violencia, voto joven y hastío: Las claves de las elecciones en México
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Violencia, voto joven y hastío: Las claves de las elecciones en México

Por Marta Rodriguez MartinezNatalia Oelsner
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Los mexicanos están llamados a las urnas el domingo 1 de julio para elegir a un nuevo presidente que tomará el relevo de Enrique Peña Nieto en los próximos seis años en un clima muy complejo en el que la violencia ha alcanzado picos sin precedentes.

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Los mexicanos están llamados a las urnas el domingo 1 de julio para elegir a un nuevo presidente que tomará el relevo de Enrique Peña Nieto en los próximos seis años en un clima muy complejo en el que la violencia ha alcanzado picos sin precedentes.

Con más de 26.000 asesinatos en todo México el año pasado, la cifra más alta desde que comenzaron los registros modernos, según datos del Gobierno, 2018 va camino de ser aún peor. El proceso electoral no es ajeno a esta realidad y más de 122 candidatos han sido asesinados.

Por otro lado, el país norteamericano también conoce una situación electoral inédita. Todos los partidos han formado alianzas, por lo que ninguna de las fuerzas políticas se presentará sola a la elección.

REUTERS/Jose Luis Gonzalez
Una mujer vende piñatas que representan a los principales candidatos en Ciudad Juárez, México.REUTERS/Jose Luis Gonzalez

¿Quiénes son los principales candidatos?

La contienda está entre tres grandes alianzas que se han formado estas elecciones en México, con el objetivo de reducir los “altos niveles de abstencionismo” y “atenuar el desprestigio y la perdida de votantes que se ha tenido en los últimos años”, explica Carlos Castillo a Euronews, analista y politólogo mexicano.

Andrés Manuel López Obrador

REUTERS/Gustavo Graf/File Photo

'Juntos Haremos Historia' es la alianza de izquierda que encabeza las encuestas, con entre 10 y 15 puntos por encima de sus adversarios. Liderada por Andrés Manuel López Obrador, conocido como AMLO por sus iniciales, y conformada por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Partido del Trabajo (PT) y Encuentro Social (PES), es la unión que más apoyos ha sumado.

Esta diversidad hace que los orígenes de las personas vinculadas con el bloque sean muy diferentes, "una estrategia que, por supuesto ha funcionado”, explica Castillo.

Lee: López Obrador: el hombre que quiere cambiar México

López Obrador ha sido durante años el coco de las élites mexicanas, que le han tachado de ser un demagogo populista, con propuestas peligrosas para el país. El candidato izquierdista ha criticado con dureza a la que definió como "rapaz minoría" de empresarios que, con él en el poder, tendrán que dejar de robar. "Vamos a acabar con la corrupción. Vamos a acabar con los privilegios", ha repetido en los mítines como un mantra.

No obstante, de cara a los comicios ha ido suavizando su discurso en la medida que atraía nuevos adeptos. “Ha salido con tono de conciliación, de ‘yo no voy a meter a nadie a la cárcel’, de ‘esto va a ser muy tranquilo’, de ‘no vamos a pelearnos con nadie’. Esto ha provocado entre otras razones, mucha simpatía”, explica Castillo.

Lee: López Obrador, el terror de las élites mexicanas

López Obrador se presenta como el candidato de la renovación frente a la clase política tradicional, pero no es un recién llegado. "Va por su tercera elección presidencial, esta insistencia le ha permitido mantenerse a la cabeza de los dos partidos más importante de izquierda", explica a Euronews el periodista Jovel Eduardo Álvarez Solís.

"Para mucha gente está representando el darle el beneficio de la duda", añade Castillo.

José Antonio Meade

REUTERS/Gustavo Graf

Meade es el candidato oficialista de la coalición de centro-derecha 'Todos por México', compuesta por el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza (PANAL).

“Técnicamente es el más sólido de los candidatos”, explica Castillo. Sin embargo, el hecho de haber ocupado varios cargos de responsabilidad durante el mandato de Peña Nieto ha pasado factura a su imagen y va último en los sondeos. “El gran problema es que va cargando sobre los hombros, la enorme corrupción que ha distinguido al actual Gobierno que ha sido sumamente cínica y visible", indica el analista.

Ricardo Anaya

REUTERS/Gustavo Graf

Anaya, segundo en las encuestas, es el candidato de la coalición de centro 'Por México al Frente', conformada por los partidos de la Revolución Democrática (PRD), Movimiento Ciudadano (MC) y el PAN. Con solo 40 años, Anaya cuenta con una extensa trayectoria política como diputado y presidente del Partido Acción Nacional.

¿Con qué deberá lidiar el próximo Gobierno mexicano?

Violencia, corrupción y los ataques del presidente de Estados Unidos Donald Trump. Estos son algunos de los retos del nuevo Ejecutivo mexicano.

Combatir la corrupción y la impunidad

Los casos de corrupción y conflictos de intereses han lastrado la imagen de la administración de Peña Nieto, como el escándalo “Casa Blanca”, la mansión de 7 millones de dólares (unos 6 millones de euros) adquirida por su esposa a una empresa con contratos de obra pública mientras ejercía como gobernador del Estado de México entre 2005 y 2011.

El caso Odebrecht también ha tocado el círculo más cercano al presidente mexicano, en particular Emilio Lozoya, exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex), ha sido señalado por exdirectivos de la constructora brasileña por haber recibido sobornos.

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Por otra parte, diecisiete exgobernadores mexicanos se han enfrentado a cargos de corrupción, malversación de fondos o actividades relacionadas con las drogas. La mayoría pertenecientes al partido gobernante.

Con la corrupción campando en las más altas esferas políticas, la impunidad es la norma. Sólo el 5% de los mexicanos cree que los criminales siempre son condenados por sus actos, según el Índice Mexicano de Paz 2017. Casos sin resolver como el de Ayotzinapa en 2014, en los que desaparecieron 43 estudiantes, justifican esta desconfianza.

Según Castillo, la impunidad debería ser uno de los temas centrales del próximo Gobierno: “Está desgastando de sobremanera a toda la clase política, sin distinción de partido".

Luchar contra la violencia

Más de 90 personas son asesinadas cada día en México. Etellekt, una consultora de análisis de riesgo y manejo de crisis con sede en Ciudad de México, dice que la violencia aumentó en un 385% respecto al proceso electoral de 2015.

Un ejemplo del alcance de este problema es lo sucedido en Ocampo, en el estado de Michoacán, el pasado 24 de junio, cuando las autoridades federales apresaron a todas las fuerzas del orden del municipio, sospechosas del asesinato de Fernando Ángeles Juárez, candidato a la alcaldía.

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REUTERS/Javier Verdin

Del más de centenar de políticos asesinados durante este año de elecciones, la mayoría son locales. Los grupos de narcotráfico amenazan a los candidatos que les niegan pactos. “En estas elecciones ellos también están de alguna manera defendiendo su territorio, el poder, seguir manteniendo estos votos de impunidad para poder realizar estas actividades ilícitas”, comenta Castillo.

Estos grupos criminales también intimidan al electorado, puesto que los votantes sienten miedo de apoyar a ciertos candidatos.

Esta violencia generalizada y en alza es el bagaje más pesado que dejan los seis años de Gobierno de Peña Nieto. Pero, según Castillo, ningún candidato ha propuesto una verdadera solución contra el reinado de los narcos. “Hay quién dice ‘hay que perdonarlos’, hay quien dice ‘hay que combatirlos’, pero nadie te dice cómo”.

Revisar el sistema político y la vida interna de los partidos

El sistema electoral mayoritario es otra de las cuestiones que ha puesto de relieve estas elecciones. “En México, al no tener segunda vuelta, se están dando estas alianzas de partidos", explica Castillo, para quien esta situación limita a los mexicanos "a votar por el menos malo y no por el que uno quisiera”.

Y el problema, a su juicio, no existe solo en la ausencia de una segunda vuelta, sino también en la falta de procesos democráticos en el interior de las fuerzas políticas. "Todos los partidos tienen estatutos sobre cómo elegir a sus candidatos, pero todos se lo saltan, no hay mecanismos de control ni internos, ni externos”, indica.

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El muro de Trump

Todos los candidatos están de acuerdo en mostrar una postura de rechazo hacia la política fronteriza y comercial que está siguiendo el presidente de Estados Unidos con su vecino del sur.

"Trump va a tener que aprender a respetarnos", exclama López Obrador, quien apuesta por fortalecer la economía mexicana como mecanismo para frenar la emigración. "Es insultante e inaceptable que el gobierno de Estados Unidos amenace con hacer pagar a México por el muro, pero sobre todo es ridículo", defiende Anaya.

"Cada vez que nos insulta, nuestros migrantes, su vida y su dignidad corren peligro", añade Meade. "En mi gobierno no permitiremos ningún acuerdo que no esté basado en el respeto".

La falta de firmeza contra Trump es una de las actitudes que más se ha criticado al mandato de Peña Nieto.

REUTERS/Mike Blake
Obras de construcción del muro en la frontera con Estados Unidos en Nuevo México.REUTERS/Mike Blake

¿Qué circunstancias pueden influir el voto?

El peso del voto joven, la sombra del chavismo y el miedo al fraude electoral son algunos de los aspectos que podrían afectar el voto de los mexicanos.

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La importancia del electorado "milenial"

Unas 15 millones de personas entre 18 y 23 años votarán por primera vez el domingo, además, en todo el padrón electoral, 40 millones de votantes pertenecen a la llamada generación "milenial", que incluye a los nacidos entre 1981 y 1996. Se trata del 40% del electorado.

"Uno de los mayores retos que han tenido los cuatro candidatos es llegar a electores que hasta ahora no habían tenido una presencia tan significativa en el padrón electoral", explica a Jovel Eduardo Álvarez Solís.

Álvarez señala que los temas que más preocupan a los jóvenes son la violencia y la corrupción, "después de dos Gobiernos que juntos superan las 200.000 muertes por violencia del crimen organizado". El voto 'milenial', apunta, irá dirigido a la persona que ofrezca una alternativa "concreta y original" a esta situación.

Fraude electoral

La sospecha de un resultado adverso para el gobernante PRI, y la ventaja en las encuestas de López Obrador, han desatado el fantasma de un potencial fraude electoral. López Obrador al día de hoy todavía considera como producto del fraude sus derrotas en los comicios como candidato presidencial en 2006 y 2012. "Si hay fraude electoral, a ver quién amarra el tigre", declara.

México lleva 30 años de lucha en cada elección contra las sospechas de fraude sin importar el costo económico. El actual proceso electoral cuenta con un presupuesto de 28.022 millones de pesos (unos 1.197,15 millones de euros) destinado al Instituto Nacional Electoral (INE), lo que supone un costo de unos 257 pesos (casi 11 euros) por cada persona registrada en la Lista Nominal de votantes.

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REUTERS/Jose Luis Gonzalez

Entre las medidas del INE se incluye una credencial infalsificable y un largo proceso de elección de 1,4 millones de ciudadanos a cargo de las mesas electorales y del recuento.

No obstante, según analistas consultados por Bloomberg, las posibilidades de un ciberataque electoral son reales, afirmando que el sistema electoral mexicano es “más vulnerable que el de los bancos”.

Castillo, por su parte, considera que lo que es el sistema electoral "funciona muy bien", pero no descarta alianzas entre ciertos sectores de la élite mexicana "para detener la popularidad de alguno de los candidatos".

La situación en Venezuela

Miraflores Palace/Handout via REUTERS

La sombra de la crisis en Venezuela se cierne sobre la figura de López Obrador, como ya lo hizo en las pasadas elecciones colombianas sobre el candidato de la izquierda. Castillo confirma que algunos detractores de López Obrador comparan sus propuestas con las políticas que tuvo Chávez en su momento, pero que el discurso no va más allá del electorado en las calles. Sus contrincantes políticos no se han pronunciado al respecto.

El periodista Álvarez Solís se muestra de acuerdo en que pesa más el cansancio con la clase política tradicional que la amenaza del "castro-chavismo".

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"Durante el Gobierno del actual mandatario los escándalos de corrupción han minado la credibilidad del partido oficialista y la violencia superó ya los altos niveles de su predecesor, la disyuntiva es la siguiente seguir por el camino actual, volver a la fórmula anterior u optar por un cambio de dirección", indica.

"A esta pregunta Andrés Manuel (López Obrador) responde con seguridad**: asegura ser el cambio que México necesita** pese a las dudas que genera la idea de tener un Gobierno de izquierda en otro país latinoamericano".

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