El actual contrato finaliza en 2019. La Unión Europea actúa como medidadora.
PUBLICIDADEste martes han arrancado las negociaciones sobre el flujo de gas ruso, a través de territorio ucraniano.
La Comisión Europea actúa como mediadora y el diálogo se anuncia difícil. Moscú y Kiev deben alcanzar un acuerdo sobre el volumen y el precio del gas, pero también sobre el impuesto de tránsito que percibirá Ucrania.
"Todos los participantes han mostrado buena disposición y las partes han enviado representantes de alto nivel", ha destacado el comisario europeo de Energía, Maros Sefcovic. Y ha explicado que el diálogo proseguirá a nivel técnico, en septiembre, y a nivel político, en octubre.
La UE se encuentra en una posición delicada, ya que políticamente apoya a Ucrania, pero en términos energéticos, depende de Rusia.
Según el analista Thierry Bros, del Instituto de Oxford para Estudios Energéticos, "la pregunta que deben hacerse los ciudadanos de la UE es cómo podrán obtener gas ruso a partir de 2019 si no se firma un nuevo contrato". Y explica que en este sentido, la Comisión "tiene una posición que le capacita para sentar a las partes en la mesa de negociación y para buscar una solución a la vez política y económica".
El contrato actuamente en vigor se acaba a finales de 2019, y es necesario negociar un nuevo texto capaz de abarcar el periodo 2020-2030.
Los ucranianos están preocupados por la construcción del gaseoducto Nord Stream 2 que llevaría directamente el gas ruso hasta Alemania a través del Báltico.
Pero el diálogo también se ve entorpecido por el conflicto que enfrenta a Kiev y a los separatistas pro-rusos en el este de Ucrania.