La jornada electoral está marcada por la amenaza yihadista y las acusaciones de fraude hacia Keita, candidato favorito en las encuestas
Los malienses eligen en segunda vuelta quién será su Presidente. Lo hacen con cierta indiferencia, cansados por la pobreza y la violencia yijadista que azota el país. Hay quienes creen que el destino está marcado y será su actual presidente y ganador de la primera vuelta Boubacar Keîta, quien renovará el cargo. Pero todo es posible en una jornada de votación marcada por la lluvia. Su rival, el líder opositor Soumaïla Cissé, espera que los resultados no sean los esperados y que sus acusaciones hacia Boubacar Keïta por fraude convenzan a los cerca de ocho millones votantes.
A pesar de los 36.000 militares, cascos azules y observadores europeos desplegados, ha habido algunos incidentes que han alterado la normalidad. En Kiname, a 120 km de Tombuctú, las papeletas han quedado reducidas a ceniza cuando unos hombres armados han incendiado el lugar. Además, el sábado tres hombres pertenecientes a un comando terrorista fueron arrestados en el momento en el que planificaban varios ataques en la capital Bamako.
El vencedor asumirá funciones en septiembre y entre sus tareas más importantes está la de relanzar el acuerdo de paz firmado en 2015 con los tuaregs independentistas del norte que no aceptaron el alto al fuego y que continúan aterrorizando a la población.
Los resultados oficiales de los comicios no se conocerán hasta dentro de cuatro días.