La oposición considera que pierde la neutralidad al invitar al presidente de Rusia al evento
La Ministra de exteriores austriaca, Karin Kneissl, se casa este sábado y tiene un invitado estrella: el presidente de Rusia, Vladimir Putin.
La invitación le ha valido un gran número de críticas, en un país que siempre ha reivindicado la neutralidad internacional y se ha presentado como mediador en el conflicto de Ucrania. La oposición le exige que renuncie.
Pero también ha recibido críticas fuera de Austria. La diputada ucraniana Hanna Hopko, directora del comité extranjero, ha mostrado su rechazo en las redes sociales. "Una boda es algo privado", ha escrito. Sin embargo, huelga decirlo: si invitas a Vladimir Putin a tu boda, ya no eres neutral. A partir de ahora, Austria no puede ser un mediador en Ucrania."
Kneissl no pertenece a ningún partido, pero ha entrado como independiente en el Gobierno del ultraderechista Partido de la Libertad.
La ministra defiende que su boda es un evento privado. La presencia de Putin, que fue invitado durante la visita oficial que realizó a Austria en junio, obligará a reforzar la seguridad durante el evento.