La decisión llega tras un informe que acusa al Gobierno nicaragüense de violaciones de derechos humanos.
La decisión del presidente nicaragüense de expulsar a una misión de Derechos Humanos de la ONU se produjo tras la publicación de un informe en el que un equipo de trabajo de Naciones Unidas denunció abusos y represión por parte de su Gobierno. En el texto se evoca el "uso desproporcionado de la fuerza por parte de la policía, desapariciones forzadas, torturas y la violación de libertades", entre otros. La presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, Vilma Núñez, calificó la decisión como "inaudita".
La misión de la ONU llegó a Nicaragua en junio para monitorear en el terreno el estado de los derechos humanos en el país desde el pasado 18 de abril, cuando estalló la crisis política y social que ha dejado unos 300 fallecidos y alrededor de 2.000 heridos, según el último informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH).