Brasil llora como una tragedia nacional la destrucción del Museo Nacional de Río de Janeiro, su museo más antiguo. El edificio, que albergaba en su interior más de 20 millones de piezas, ha sido arrasado por un devastador incendio.
PUBLICIDAD"Un día trágico para los brasileños", así ha calificado el presidente Michel Temer el devastador incendio que ha arrasado el Museo Nacional de Río de Janeiro, el más antiguo del país y uno de los más prestigiosos,
El fuego se declaró a las 7:30 de la tarde del domingo, cuando el museo ya había cerrado y solo quedaban dentro los vigilantes, que pudieron salir a tiempo.
Los bomberos lucharon durante horas contra las llamas, que han calcinado prácticamente el interior del edificio, que este año había cumplido 200 años de historia y albergaba en su interior más de 20 millones de piezas de valor incalculable.
"He visto una parte de mi historia, la casa del Imperio desaparecer con el fuego, destruida. La historia de mi país hecha cenizas", se lamenta Isabel, una habitante de Río.
También lloran el desastre expertos y los responsables del museo, que responsabilizan a los poderes públicos de lo ocurrido por "falta de apoyo".
"Es el museo de historia nacional más grande de Latinoamérica. Son 200 años. Teníamos colecciones inestimables", cuenta entristecida la subdirectora del centro, Cristina Serejo.
"Es una gran pérdida para el mundo. Es un acervo que nunca se va a poder recuperar", dice exdirector del museo, Sergio de Azevedo.
Entre las piezas perdidas está el cráneo de 11.500 años de "la primera americana', bautizada como "Luzia'. En el museo también había utensilos indígenas, momias, fósiles, así como numerosas piezas de la época imperial brasileña.
Investigadores, profesores y estudiantes han llamado a una manifestación de protesta este lunes ante el edificio destruido.