Ha aceptado la renuncia de un obispo estadounidense acusado de abusos y ha abierto una investigación contra él. Mientras, la Iglesia alemana se avergüenza de los miles de casos de abusos confirmados en un informe encargado por la propia institución.
El Papa Francisco se ha reunido este jueves con el presidente de la conferencia de obispos de Estados Unidos para tratar sobre los nuevos casos de pederastia por parte del clero conocidos en ese país.
Bergoglio ha ordenado una investigación sobre Michael Bransfield, el obispo estadounidense acusado de abusos sexuales contra menores en Filadelfia a finales de los años setenta y principios de los ochenta. El Pontífice ha aceptado la renuncia de Bransfield,de 75 años, que ya se encontraba en edad de jubilación.
Gregory Burke, portavoz del Vaticano:
"Como ha dicho recientemente el papa, hemos abandonado a los más pequeños. Y de esto trata esta reunión. Sobre asegurarnos de que la gente que debería estar protegiendo a los niños no es culpable de abusar de ellos".
A los miles de casos destapados en diferentes lugares del mundo se suman ahora los de Alemania. "Vergonzoso", ha declarado el obispo Stephan Ackerman en nombre de la Conferencia Episcopal alemana ante un informe encargado por la Iglesia hace cuatro años publicado por la prensa que habla de la existencia de casi 3700 víctimas de abusos sexuales entre 1946 y 2014 cometidos por 1670 miembros del clero. La mayoría de sus víctimas, varones menores de catorce años.
Francisco se reunirá con los máximos responsables de las conferencias episcopales del mundo el próximo mes de febrero para tratar esta crisis sin precedentes que amenaza el propio futuro de la Iglesia Católica.