En pleno proceso de renovación política y económica, Cuba ha conmemorado el sesenta aniversario del triunfo de la Revolución, cuando el actual presidente, Miguel Díaz-Canel, aún no había nacido.
La Cuba de 1959, representada por Raúl Castro, y la de hoy, encarnada por el actual presidente Miguel Díaz-Canel, se han dado cita en Santiago de Cuba en la ceremonia de conmemoración del sesenta aniversario del triunfo de la Revolución.
El acto, al que acudieron las cúpulas del Partido Comunista y de las Fuerzas Armadas, comenzó con un cambio de la guardia de honor en el "altar de la patria" del cementerio en el que se encuentran las tumbas de Fidel Castro, muerto en 2016, y del héroe nacional cubano, José Martí.
En su discurso, Raúl Castro aseguró que la revolución "no ha envejecido" y "está curada de espantos". También alertó del 'rumbo de confrontación' del actual Gobierno de Estados Unidos y llamó a la población a prepararse 'para todos los escenarios, incluyendo los peores'.
** Leer más: Cuba, 60 años de revolución que marcaron la historia**
Pese a los vientos de cambio que soplan en la isla, Raúl Castro sigue llevando las riendas del Partido Comunista. Raúl, que hoy tiene 87 años, solo tenía 27 cuando su hermano Fidel proclamó el triunfo de la Revolución el 1 de enero de 1959. Las siguientes seis décadas han estado marcadas por la confrontación con Estados Unidos, con momentos clave como la invasión frustrada de Bahía de Cochinos o la crisis de los misiles, que hizo temblar al mundo.
En los noventa, la caída de la URSS, sostén económico de La Habana, provocó una crisis económica desastrosa en la isla y a punto estuvo de hacer naufragar el castrismo.
La Cuba de hoy sigue en la encrucijada, con una economía incapaz de cubrir las necesidades de su población y que ya no puede contar con aliados como Venezuela, que apenas puede suministra petróleo a La Habana, y mientras ve cómo los países de la región viran hacia la derecha. Como ejemplo, este sesenta aniversario de la Revolución cubana ha coincidido con la toma de posesión en Brasil del ultraderechista Jair Bolsonaro.
Renovarse o morir, podría ser el nuevo credo. De hecho, el próximo 24 de febrero, los cubanos votarán en referéndum una nueva Constitución, que sin renunciar a sus aspiraciones comunistas, reconoce la propiedad privada y la inversión extranjera como necesaria.
** Leer más: Cuba: la cara y la cruz de la revolución**