El análisis de las cajas negras del Boeing 737 MAX 8 que se estrelló la semana pasada al este de Adís Abeba con 157 personas a bordo, muestra "semejanzas claras" con el accidente en octubre de un aparato del mismo tipo de la aerolínea Lion Air.
Etiopia ha celebrado una ceremonia en memoria de sus ciudadanos fallecidos en el accidente aéreo en Adis Abeba. La de este país es solo una de las 35 nacionalidades de las 156 víctimas mortales, entre las que están los dos pilotos y los seis miembros de la tripulación. A los familiares se les ha ofrecido tierra del lugar del accidente, ya que ha sido imposible recuperar la mayoría de los cuerpos
"Este es un incidente estremecedor y muy triste. La mayoría de las personas que murieron eran etíopes profesionales bien cualificados y ciudadanos del mundo. Es muy trágico y desearía que nadie pasara por este dolor", explica el amigo de una de las víctimas.
Poco antes se celebró otra ceremonia por las víctimas keniatas en la embajada de este país de la capital etiope. En el siniestro fallecieron 19 miembros de la ONU. De ellos, Stephen Karingi, representante de la organización ha dicho que "fallecieron mientras hacían lo que les gustaba hacer, es decir, servir al mundo".
Queda todavía por desvelar qué llevó al Boeing 737 MAX 8 de Ethiopian Airlines a precipitarse poco después de su despegue. Según el ministerio de Transportes del país africano, la información obtenida hasta ahora de las cajas negras ha revelado "claras semejanzas" con el accidente en Indonesia del pasado mes de octubre en el que estaba involucrado el mismo modelo de avión.