El Gobierno cesa a dos altos cargos y disuelve una milicia tras la muerte de al menos 134 personas
Mali toma medidas drásticas tras la masacre del sábado en la zona centro del país. El presidente IbrahimBoubacar Keita ha destituido a dos altos cargos militares y ha disuelto una milicia algunos de cuyos miembros son sospechosos de haber participado en la matanza. Al menos 134 personas fallecieron y algunos de los cuerpos, de mujeres y niños incluidos, estaban completamente carbonizados después de que unas cuatrocientas viviendas fueran quemadas.
Las víctimas pertenecen a la etnia peul y sus verdugos presuntamente a la bambara mas conocida como 'donzos'. Grupos yihadistas han intentado explotar el sentimiento de persecución de los primeros, una tribu seminómada con conflictos con otras por sus desplazamientos, llegando a entrenar y armar a sus miembros.
Las destituciones en la cúpula del ejército también han sido consecuencia de un ataque islamista el pasado 17 de marzo en el que murieron 26 soldados.
El ataque del sábado tuvo lugar principalmente en el poblado de Ogossagou, en el centro del país, aunque fuentes oficiales aseguraron que también había víctimas en un poblado cercano, pero sin determinar el número. El cuatro de enero los peul también tuvieron 37 bajas entre los suyos por otro suceso similar.
Francia, que tiene 4.500 hombres en Mali para hacer frente al avance islamista y al de sus aliados tuareg, ha recibido con satisfacción la noticia de las destituciones. Un convoy de la ONU, además, estaba en la zona buscando soluciones a los conflictos interétnicos en el momento del ataque del sábado.