Por Euronews
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Las autoridades se ha apresurado a instalar un circuito de agua cerrado para evitar que se siga derrochando el preciado líquido
Los bruselenses se han llevado las manos a la cabeza al descubrir que el niño del Manneken Pis, la famosa escultura de la capital belga, lleva cuatrocientos años orinando agua potable.
Los expertos calculan que cada día se desperdiciaban unos 1.500 litros del preciado líquido, lo que equivaldría al consumo de cuatro familias belgas.
Las autoridades se dieron cuenta hace unos meses y se han apresurado a instalar un circuito cerrado para evitar el derroche de agua.
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