Buteflika, dos décadas de reinado. El ambicioso e hiperactivo político de los 60 ha marcado la historia de Argelia. Fue un ministro veinteañero, el rostro del país independizado y, por último, un presidente indestronable y todopoderoso durante 20 años.
PUBLICIDADEl 10 de febrero de 2019 fue el día en el que los argelinos empezaron a decir basta. Ese día, tras 20 años en el poder, Abdelaziz Buteflika anunció su intención de presentarse a un quinto mandato como presidente, pese a estar gravemente enfermo, paralizado y casi mudo tras sufrir un accidente cerebrovascular en 2013. Nada que ver con el joven hiperactivo y ambicioso de los años 60.
Capítulo 1: un ministro veinteañero, hiperactivo y muy ambicioso
Buteflika hizo irrupción en escena muy joven. Con solo 19 años integra el Ejército de Liberación Nacional que lucha contra la colonización francesa.
Con 25 años, apenas acabada la guerra de independencia, ya es ministro, y un año después, jefe de la diplomacia, un cargo que conservará hasta 1979, un periodo en el que Argelia se presenta como líder del tercer mundo.
Buteflika era el delfín político del jefe de Estado Houari Boumédiene, pero a la muerte de este, el Ejército impide que sea su sucesor, le aparta de la escena política y le empuja al exilio entre acusaciones de malversación.
Capítulo 2: regreso del exilio y victoria electoral de la mano del Ejército
Ese mismo Ejército fue el que en 1999, tras su regreso triunfal al país, allanó el terreno para que fuera elegido presidente, con más del 70 % de los votos.
Su gran reto y su éxito entonces fue restablecer la paz en un país traumatizado por la guerra civil con los islamistas, que en apenas una década dejó 200.000 muertos, según cifras oficiales.
Buteflika promueve la llamada concordia civil y hace aprobar por referéndum dos leyes de amnistía que llevan a muchos islamistas abandonar las armas.
Capítulo 3: veinte años de reinado del poderoso Buteflika
De manera implacable, el presidente va controlando todos los resortes del poder con el beneplácito de los militares. Así gana las elecciones por segunda vez, y luego por tercera y cuarta, tras conseguir que el Parlamento suprima la limitación del número de mandatos.
El dinero petróleo le permite comprar la paz social, sobre todo durante las revueltas de la primavera árabe.
Capítulo 4: destronado por una juventud sedienta de cambios
Pero el país ya no es el mismo. Un tercio de la población, con menos de 20 años, no conoce a ningún otro presidente y tiene sed de cambios. Las dificultades económicas y la corrupción alimentan un malestar social que ha conseguido destronar al otrora poderoso Buteflika.