Aumentan las bajas en el ataque a Trípoli del general golpista Jalifa Haftar.
PUBLICIDADSiguen los combates en las afueras de la capital libia entre las tropas pertenecientes al general golpista Jalifa Haftar y el Ejército regular libio.
Las bajas aumentan constantemente y se cifran ya en miles los desplazados que han huído de unos combates que amenazan con desencadenar una nueva tragedia humanitaria en el país.
En los últimos días, la facción con sede en el este, bajo el mando de Haftar, lanzó una ofensiva para tomar la capital de Libia, sede del gobierno internacionalmente reconocido del país.
Libia, rica en petróleo, se ha visto desmembrada por violentas luchas de poder entre grupos armados desde el asesinato de Muammar Gaddafi en 2011.
Las tropas de Haftar no ha sido capaces aún de quebrar la resistencia en torno al antiguo aeropuerto internacional de la ciudad, esencial en la estrategia militar. Haftar tiene el apoyo de Emiratos Árabes Unidos.
En la actualidad Libia tiene dos focos de poder: un gobierno respaldado por la ONU y sostenido por la Unión Europea en Trípoli, y otro establecido en la ciudad oriental de Tobruk gobernado por Haftar.
Del caos se benefician decenas de milicias y grupos mafiosos dedicados al contrabando de armas, refugiados y combustible que se han convertido en el verdadero motor de un estado con una economía destruida.