Italia cuadriplica las denuncias por delitos de odio pero falla en analizar el porqué

Italia cuadriplica las denuncias por delitos de odio pero falla en analizar el porqué
Derechos de autor REUTERS/Guglielmo Mangiapane
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Por Lillo Montalto MonellaMarta Rodríguez Martínez (adaptación)
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A falta de un órgano autónomo de vigilancia de los delitos de odio, y tal como fueron recopilados por el Ministerio del Interior, no se puede sacar ninguna conclusión de estas cifras. Y mucho menos convertirse en la base de un discurso científico y racional sobre el fenómeno.

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Las denuncias por delitos de odio se han cuadruplicado en Italia de 2017 a 2018, pasando de 92 a 360 el año pasado. 

Esto puede deducirse analizando las cifras proporcionadas a Euronews por el Observatorio italiano de Seguridad contra Actos Discriminatorios (OSCAD), el único organismo oficial, dependiente del Ministerio italiano del Interior dirigido por Matteo Salvini, que hace un seguimiento de estos actos racistas o discriminatorios.

¿Qué se puede hacer con estos datos? Desafortunadamente nada. A falta de un órgano autónomo de vigilancia de los delitos de odio, y tal como fueron recopilados por la OSCAD, no se puede sacar ninguna conclusión de estas cifras. Y mucho menos convertirse en la base de un discurso científico y racional sobre el fenómeno.

En palabras del profesor Marzio Barbagli, experto en Sociología, "se pueden tirar a la basura".

"El debate depende de las posiciones políticas: los de la izquierda dirán que ha habido un aumento debido a Salvini, los de la derecha que no es cierto. Los datos no son tomados en serio excepto por aquellos que los analizan, y estos datos no pueden ser analizados", dice Barbagli. 

¿Coincide el aumento con la llegada al poder del Gobierno de coalición de la Liga y el Movimiento 5 Estrellas?

Como adelantábamos hace un año, debido a la falta de una base de datos a nivel nacional y de una autoridad de control independiente, es prácticamente imposible responder a esta pregunta.

Lo han intentado iniciativas particulares como los periodistas italianos que crearon un mapa que localiza las agresiones racistas desde el 1 de junio hasta hoy o como la ONG italiana Lunaria, que cada año publica un informe sobre episodios violentos con un trasfondo racista o discriminatorio. No se trata de datos oficiales con valor estadístico, aunque también destaca un aumento, de 564 episodios en 2017 a 628 en 2018. 

Desde un punto de vista oficial, la OSCAD, que cuenta con una amplia red de comisarías de policía a su disposición, recopila denuncias de delitos de odio de distintas fuentes, como las fuerzas del orden, páginas web privadas y también los periódicos.

Pero el 35% de las denuncias sobre delitos de odio recogidas, y corroboradas por la policía, provienen de artículos de prensa, por lo que no tienen valor estadístico, ni indican casos que ya se han convertido en definitivos. Son pocos los ciudadanos que conocen este organismo y presentan allí sus denuncias.

"Sólo el Padre Eterno conoce la verdad sobre el número de crímenes de odio en Italia", comenta el sociólogo Barbagli. "Para decir algo sensato se necesitan series históricas, el único organismo que podría hacerlo es el ISTAT (Instituto Italiano de Estadística), pero si no lo hace sistemáticamente es porque nadie lo pregunta". 

"El Instituto actúa sobre la base de las solicitudes del gobierno o de los ministerios individuales", precisa.

"Los vicios habituales de las instituciones italianas"

En 2016, la Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia (ECRI), establecida por el Consejo de Europa, recomendó que Italia estableciera lo antes posible una base de datos nacional sobre los delitos motivados por el odio. 

El Ministerio de Justicia debería haberse ocupado de ello, junto con la Oficina Nacional de Lucha contra la Discriminación Racial (UNAR), pero nunca lo hizo. La situación está paralizada desde hace años: "Esta oficina no tiene conocimiento de ningún progreso en el desarrollo de la base de datos conjunta", según la respuesta de la UNAR a Euronews.

"Los vicios habituales de las instituciones italianas, incapaces de actuar de forma unificada y afligidas por mecanismos burocráticos que tienden a multiplicar los organismos que recogen la documentación en lugar de recogerla y coordinarla**"**, dijo a Euronews el senador Luigi Manconi, quien presidió la UNAR durante un año.

Asgi, la Asociación italiana de Estudios Legales sobre Inmigración, comparte la misma frustración. Lamenta que no se pueda hablar del fenómeno desde un punto de vista cuantitativo ypide la creación de servicios de lucha contra la discriminación en todas las regiones.

"Desde 2015-16 hemos visto un aumento neto no sólo en el fenómeno de la incitación al odio, sino también en las medidas discriminatorias adoptadas por la administración pública", dijo Gianfranco Schiavone, vicepresidente de Asgi. 

"Los dos están unidos. Es difícil saber cuál es la causa y cuál es el efecto", asegura. "Cuanto más medidas discriminatorias adopta la Administración Pública contra los extranjeros, más parte de la población se siente autorizada a discriminar en su vida privada".

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